Parece que últimamente me ha dado por libros con títulos contundentes. El de este autor no me hubiera llamado la atención si no hubiera sido porque está editado por "Libros del asteroide" y esto es un signo indiscutible de calidad. Esta colección de libros acoge una serie de autores y obras escogidos de forma selecta, editados con cariño y sin exageraciones en los precios.
Había leído en la "nube" algunos comentarios elogiosos, pero ya me conocéis, soy un auténtico escéptico y pese a que lo llevaba apuntado en al lista de los deseos, las varias veces que lo tuve en mis manos, tras leer el resumen de la contraportada, lo devolvía de inmediato a la pila de libros huérfanos de dueño.
La balanza se inclinó definitivamente tras leer un sentido comentario en un blog que sigo de forma reciente. Me llamó la atención su comparación con el personaje protagonista de "El guardián sobre el centeno". Así que para acortar una de esas esperas a la intemperie en la puerta de un centro comercial, al toquetear en un punto especialmente doloroso de mis pensamientos, recordé el título del libro y pensé que quizás esa punzada recientemente sentida podría "ser útil" y pagué el precio establecido.
Había leído en la "nube" algunos comentarios elogiosos, pero ya me conocéis, soy un auténtico escéptico y pese a que lo llevaba apuntado en al lista de los deseos, las varias veces que lo tuve en mis manos, tras leer el resumen de la contraportada, lo devolvía de inmediato a la pila de libros huérfanos de dueño.
La balanza se inclinó definitivamente tras leer un sentido comentario en un blog que sigo de forma reciente. Me llamó la atención su comparación con el personaje protagonista de "El guardián sobre el centeno". Así que para acortar una de esas esperas a la intemperie en la puerta de un centro comercial, al toquetear en un punto especialmente doloroso de mis pensamientos, recordé el título del libro y pensé que quizás esa punzada recientemente sentida podría "ser útil" y pagué el precio establecido.
La lectura de las primeras páginas me afilaba los dientes de depredador, se me salían las garras destripadoras de letras, me parecía nada más que otro drama adolescente, me sonaba a ajeno, a otra época, a serie moderna
de la tele, divertida, pero con poco contenido.
Yo la veía desde arriba, subido en la superioridad y mezquindad del que se cree en periodo de madurez, como el que ha aprobado hace tiempo con nota esas oposiciones de la adolescencia. En realidad, sólo nos hemos alejado un poco de ese mar de dudas, pero sus aguas siguen en el mismo sitio y no es difícil volver a sus playas y pasear por sus dunas. Algunos intentan cruzarlo y se ahogan, no volvemos a saber de ellos. Los más prudentes simplemente nos adentramos un poco y sólo oímos de fondo los rumores suaves de las olas y ocasionalmente alguna de sus tempestades nos perturba.
Así, metido de lleno en esas aguas, de forma imperceptible, el
libro se elevaba. Se hacía grande su personaje a fuerza de remover coincidencias, de confiarnos pensamientos que es incapaz de verbalizar, de enseñarnos su tribulación ante la incoherencia del mundo adulto hacia el que se abisma. Da vueltas a los miembros superiores extendidos, intentando no caer en esa sima, flexiona las plantas de los pies buscando equilibrio sobre el alambre. No quiere ser rebelde, pero mantiene la espalda firme ante las palmas que le empujan. Se calla, no quiere dar razones con palabras porque los silogismos, una vez verbalizados, pierden parte del sentido, son susceptibles a manipulación e interpretación.
Se
sienta solo, se aleja de los suyos, se siente triste por ello, pero no dice nada, no quiere preocupar a los que le rodean. Solo puede hablar con los que callan, con los que esperan, con los que no preguntan. Pero a la gente le molesta que te aisles que no participes, les hace
sentir culpables la diferencia. Se empeñan en integrarte. En realidad no te entienden, no te
respetan, te desprecian.
Los humanos en actitud grupal o tribal a veces somos repugnantes, odiamos la verdad de los solitarios, le damos la vuelta, la consideramos egoísmo o ambición, ganas de destacar. En realidad es envidia porque no tenemos el valor de salir del cobijo del grupo en el que se ven menos todos nuestros defectos. Porque a fuerza de agitar la cucharilla todo se diluye tarde o temprano. Algunos solitarios también lo hacemos y ahí es cuando me he puesto rojo primero, luego he sonreido, me he sentido pillado en mis propias trampas y he sacado el lapicero con el color de corregir los exámenes buenos.
Lo mejor: La habilidad de disección de los pensamientos íntimos y expresarlos en palabras coherentes, legibles y comprensibles. La
búsqueda es la constante del libro y como es una búsqueda no acaba.
Una frase: La mayoría de las personas cree que las cosas no son reales si no se expresan verbalmente, y que es el acto de expresarlas y no el de pensarlas el que las legitima. Supongo que por ese motivo uno siempre quiere que otro le diga "te quiero". Yo pienso lo contrario...." Yo también. Gracias por decirlo por mí Mr. Cameron. Ahora ya se lo podré explicar a los que me conocen y no comprenden porque callo.
Lo peor: Se lee fácil pero no se debe sucumbir a la tentación. Hay que paladear la frases, no darse prisa, en caso contrario pueden pasar desapercibidos los mejores matices, sabores y olores.
Puntuación 8/10
Benigno F.
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