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Mostrando entradas de junio, 2014

Ojo por ojo - Anthony Trollope

Reconozco que las novelas del siglo XIX y en especial las ambientadas en la época victoriana siempre me han resultado atractivas. Hay autores muy interesantes en ese período y éste que nos ocupa era uno de los que no conocía. He finalizado la lectura con cierto sabor agridulce y con ciertas dudas. Por una parte estoy tentado en ser radical en las incisiones y manejarlo burdamente con las manos, por otra pienso en un tratamiento atraumático con pinzas que no dejen marcas. Esas mismas que están casi ausentes en sus páginas. Lo que sucede es que: la obra está bien, el escritor conoce su oficio, consigue que el lector se haga una perfecta representación mental de personajes, circunstancias y ambientes. Además es breve. Incluso invita a reflexionar sobre algo tan antiguo como la responsabilidad, el honor, la lealtad y la obediencia. Pero no toma partido, lo hace con tal imparcialidad (incluso para mí indiferencia), que todo ese esfuerzo literario da la sensación de haber sido objeto d

Terapia - David Lodge

 " El humor es un asunto muy serio " decía David Lodge en una entrevista en 1996 al presentar este libro en España. Estoy totalmente de acuerdo. Tan totalmente que no he encontrado ningún motivo para la risa en este " divertido " libro. Será que el autor cultiva ese típico "humor inglés" tan dado a mofarse de lo propio (con cierto respeto) y extraño (con total desprecio) que a mí me resulta tan extraño. Sinceramente, releyendo las opiniones de los críticos de la contraportada, o bien han leído otro libro o deberían reconsiderar cambiar de profesión o no tenían ninguna gana de criticar cuando lo leyeron. Lo más probable es que escribieran sus opiniones después de una buena comida (por supuesto pagada por otro). Porque ni es " divertidísima ", ni es un " pesimista que nunca para de reír ", ni es un " libro complejo de componer ", ni " es una terapia entre sonrisa y sonrisa ". En la misma entrevista, el escritor t

Sobre la belleza (La importancia de ser guapo o parecerlo)

El camarero de esa cafetería situada en un lugar "alternativamente moderno", ubicada en el patio de un edificio dedicado al fomento y la enseñanza de la cultura (¿Qué será eso?), tiene pinta de cualquier cosa menos de camarero. Alto, macizo, ebúrneo y con abundantes rastas. Yo diría que francamente guapo aunque no me convenza su diadema ni su vestimenta. ¿Qué hace en esta profesión sino buscarse la vida? Esperando que acuda a tomar un té verde algún "buscatalentos". Igual lo hace para entretenerse y exhibirse con fines amatorios. De lo contrario no me lo explico. Francamente no le veo respondiendo a una oferta de ese trabajo. Seguro que hacen un casting en este sitio. Un casting de esos amañados, en el que le sería imposible salir seleccionado a un señor mayor con cierta experiencia y vestido impecablemente de blanco. Claro que, ¿qué pinto yo en esa terraza llena de personas vestidas de hippy (o debe ser de de hipsters)?, con esas ropas raídas que sólo se pone

Espera a la primavera, Bandini - John Fante

Este escritor es un auténtico desconocido para el gran público. No alcanzó reconocimiento hasta su muerte. Probablemente yo he llegado a él porque leí que era admirado por Bukowski. También influyó el que utilizara relatos que parecen autobiográficos de su "alter ego" Arturo Bandini, protagonista de buena parte de sus libros. También el título ha influido. Anuncia un disco e inicia una canción de Fabián que de vez en cuando me revuelve el estómago. La novela es breve (gracias) y en toda ella se nota que se origina en pensamientos y hechos que le bullen en la cabeza al autor después de haber sido vividos. Vistos desde la perspectiva de un niño, en algunos momentos ese niño toma el rol de adulto, como cuando relata de forma magistral en el primer capítulo la situación y personalidades de su familia en descripciones tan crudas que parece que las haya extraido de las cabezas de los protagonistas. La novela también es primeriza. Se nota que es un escritor en ciernes, con b

Identidades suplantadas

"He construido, mientras me paseaba, frases perfectas de las que después no me acuerdo en casa. La poesía inefable de esas frases no sé si será parte de lo que fueron, si parte de no haber sido nunca escritos." Fernando Pessoa. El libro del desasosiego. Así como Pessoa olvida las frases construidas, yo olvido lo leído. Sustituyo mi individualidad por la de otro, en definitiva suplanto una personalidad.   No se me da mal. En los últimos meses he hecho algunos viajes suplantando a otra persona. Es extraordinariamente fácil, nadie se preocupa de comprobar que en realidad eres quien dices ser. Así, me permito sostener opiniones discordantes y que no son mías, puedo comer diferente, pagar con su dinero incluso. Soy capaz de mimetizarme con el paisaje humano. Sólo necesitas un traje más o menos apañado. Tampoco nadie se fija en que en realidad no es de marca, de hecho sólo yo me doy cuenta de que algunos de los demás tienen claras señales de desgaste, tufan a naftalina po