Está claro que yo esperaba otra cosa de este libro. Por eso mismo me permití comprarlo para regalo. Quizás por una extraña premonición no escribí dedicatoria, ni lo entregué a la persona indicada. Probablemente por eso lo he leído antes de regalarlo. Un sonoro bostezo es lo que he emitido frecuentemente mientras lo leía y una carga me he quitado al finalizarlo. Porque lo he acabado sencillamente por amor propio, porque me mosqueaba no haber acertado. Y ya he decidido sustituirlo por otro. Otro mucho menos pesado. Yo esperaba una especie de Robertson Davies por la fama del autor, por los comentarios. Pero ha resultado una absoluta decepción. Yo creo que es porque me aburre la gente de alcurnia y se aburren ellos sin fin igual que me ha aburrido esta novela. Vengo del arroyo, del fango, de losas asomando entre establos, de casa derruida con gato muerto bajo la cama esperando a su ama. En definitiva, de un mundo de lo menos adecuado para este libro. Muy buenas palabras, escritura p