He dejado pasar un tiempo antes de ponerme con la continuación de la trilogía "Los años gloriosos" de Pierre Lemaitre. Le tenía ganas porque la primera entrega me dejó una grata impresión, pero en esas situaciones me gusta tomar distancia para no dejarme llevar por la euforia. Esta segunda novela persiste en los mismos personajes, con sus parámetros personales perfectamente definidos. Se desarrolla en dos escenarios, por una parte París, donde viven ya todos los hermanos Pelletier, cada uno con sus problemas y argumentos diferentes que se desarrollan en paralelo; y por otra parte Líbano, donde todavía viven los padres. En esta ocasión, los diferentes escenarios y personajes están descompensados. Hay historias principales con escaso interés y que, en momentos, dan la sensación de que solo son la preparación para la siguiente novela. La obra pierde tensión narrativa en comparación con la primera. Le falta el exotismo que le da Indochina en la primera. Los giros del argument