Una más de la colección protagonizada por Harry McCoy. Ese policía borracho, drogadicto, algo corrupto, con un pasado tenebroso y bastante mala salud que, pese a todo, resuelve sus casos. Sigue el autor en su afán de que cada entrega se relacione con un mes, aunque ese Glasgow de los setenta sigue siendo una ciudad lluviosa, fría y bastante en blanco y negro, al que le afectan poco los cambios de estación meteorológica. Poca luminosidad primaveral tienen los ambientes de estas novelas. Todas ellas sórdidas y con un protagonista que no hace más que hundirse en ese fango y maltratar su salud y pese a ello, y a las palizas que habitualmente recibe, se sigue manteniendo en pie cuando está más a punto de hundirse. Una vez sobrepasada la novedad de las primeras novelas, esta saga ha pasado a la línea plana con destellos de calidad. Las tramas siguen siendo interesantes y la lectura es entretenida, pero disfruto poco de las desventuras del protagonista (necesitado de un giro en su vida d