No tenía ni idea de quien era este escritor hasta que me regalaron este libro. Como el propio título indica, es una novela de espías, pero no una cualquiera, porque está escrita en 1938, cuando este género literario apenas era relevante. La historia no puede ser más habitual dentro del género, la hemos visto en innumerables películas, una persona, que nada tiene que ver con el espionaje, se ve arrastrada por las circunstancias, se ve obligado a arriesgar. La peculiaridad es que nuestro personaje principal no es precisamente de los más listos y se comporta con frecuencia de forma poco acertada, no tiene nada de héroe, ni es valiente, ni fuerte, nada le importa salvo asegurar el propio pellejo, su trabajo y su futuro. Es un pobre apátrida que intenta defender un puesto de miserable profesor de idiomas. El autor conduce la historia con gran maestría, con habilidad de guionista cinematográfico, no da ni una pista al lector, lo conduce de forma dócil por los corrales hasta la resoluci...