Pues nada, que a este escritor le dan un premio con nombre de detective (Pepe Carvallo) y él se viene a recogerlo sin tener ni idea de quién es el individuo que da nombre al mismo. Y uno que es un sentimiental decide leer algo de este autor del que ya ha leído (y disfrutado) "La Dalia Negra". Y uno se lleva un coscorrón de padre y señor mío. Porque, señores, este libro es un tremendo "ladrillazo". Es un libro excesivo, frenético, a veces inconexo, en el que, aprovechando a personajes históricos, se teje una historia conspiraoica tan compleja que incluso podría ser verdad. El estilo de la obra es casi periodístico, o más bien, poco cinematográfico. Los personajes principales están bien establecidos pero con frecuencia son contradictorios en sus actos, los secundarios (muchas veces los que tienen un nombre y apellidos reales) apenas aparecen esbozados, los escenarios son absolutamente prescindibles salvo en los nombres, las descripciones son escasas (tampoco son n...