El protagonista de esta novela no sabe quién es. Ha perdido sus referencias vitales, pero quiere vivir y se empeña en recuperarlas. Probablemente un error. Seguramente no lo necesita. A veces me planteo que sería mejor olvidarlo todo periódicamente, así nos podríamos volver a ilusionar con cosas pequeñas (o grandes) como si las viéramos o viviéramos por primera vez. Seguramente eso es bueno y podríamos ser más felices sin los recuerdos y rencores del pasado.
Esta novela ha sido calificada por algunos como novela negra. Supongo que por su ambiente, por su título y por la falta de luminiscencia que produce la falta de memoria. En absoluto lo es, si alguien espera una exploración detectivesca que lo olvide. Esta novela es sobre la búsqueda diaria de la propia personalidad, pero en este caso elevada a la máxima potencia, la recuperación del pasado y con ella la reconstrucción del rompecabezas humano.
El protagonista anda tan despistado que cree ser varios personajes (eso nos pasa a muchos que no estamos amnésicos) y, como siempre, el propio no acaba de conformarle cuando lo encuentra. Mientras, pasa revista a sus personalidades y nos hace pensar en que no nos conocemos, en que todo (bueno y malo) se va olvidando con el tiempo y en que esa pesquisa diaria no tiene final (y si tiene, no nos interesa) ni respuesta. ¿Porqué salir a la búsqueda de los recuerdos si sólo se recuperarán como hechos inalcanzables y deformados?
La narración se transforma en un emocionante relato sobre la incertidumbre de la vida y de la identidad propia. Alcanza cotas tan elevadas que podríamos reducirla a una frase de principio y otra de final y el resto metido entre paréntesis. En realidad el autor nos deja con un montón de interrogantes, se convierte en encuestador para que nosotros pongamos las respuestas.
Una frase: "No soy nada, sólo una silueta clara..." "¿Y acaso no se esfuman en el crepúsculo nuestras vidas con la misma rapidez que ese disgusto infantil?"
Lo mejor: La ambientación. El autor no precisa de giros complejos, ni de descripciones extensas para meternos de lleno en el entorno de la narración. Los personajes están apenas esbozados, son leves sombras danzando, llamas que van cambiando de color según los acontecimientos del relato.
Lo peor: Constatar que, aún con memoria, bien poco más somos o dejamos.
Puntuación: 7,5/10
Benigno F.
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