Hace tiempo que estaba anotada en mi lista esta autora, me daba pereza ponerme con ella. Yo que sé, son esos prejuicios que tengo con lo étnico (en lo literario), son suspicacias con los escritores que tienen un "doctorado en escritura creativa" y que luego lo usan para contarte desgracias de lo "racial" que nunca han vivido, especialmente cuando son estadounidenses que todavía aumentan más cuando tienen un premio Pulitzer.
Así que me puse a leer esta novela con el "colmillo afilado", dispuesto a destrozarla si me parecía oportuno. La lectura no me ha dado la más mínima oportunidad, así que al finalizarla, tengo que reconocer que me ha gustado, resulta incluso emocionante. Supongo que como no esperaba nada especial eso ha aumentado las buenas sensaciones al finalizar.
La historia en sí no tiene nada innovador, refiere las vicisitudes de una tribu de indios relegados en su reserva sobre los que se cierne la amenaza de una nueva ley que les perjudica de forma injusta. Probablemente eso es lo que menos me ha interesado de la historia. Lo realmente potente son sus personajes, sus vivencias, interiores y exteriores, sus dudas ante los vaivenes de la vida, las historias colaterales que van surgiendo de cada uno de ellos, incluso de los caballos, de los osos, de los búhos y del bosque. Así que personajes y entorno elevan el tono de esta novela, mantenida con un pulso narrativo excelente en el que lo menos importante es la resolución del conflicto tribal sobre la que se imponen claramente las de las personas.
Al final, me veo obligado a levantar el pulgar hacia arriba, dejar de lado mis suspicacias y calificarla como recomendable. Una de indios que no es un"western".
Benigno F.
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