Interesante y original historia, me he quedado con las ganas de saber cuanto de real hay en ella, si alguna vez pasó que un noble ruso quedó confinado en un hotel durante treinta años. Leyendo el argumento podría predecirse un ladrillo. Tras leer la novela, reconozco que he pasado buenos ratos con ella. Como siempre, ante un argumento tan increíble, me planteo cosas muy sencillas ¿Quién paga todos los gastos? Pero el ser humano es capaz de cosas increíbles, así que me dejo llevar por la emoción que te atrapa en algunos pasajes y por ese final bello y apasionante de una novela que en lugar de laguindecer, mantiene siempre un ritmo ascendente. Original y recomendable.
No es nada nuevo en la literatura policíaca que un autor tome prestado un personaje y escriba una novela. Carlos Pujol es tan osado que le roba el personaje a Conan Doyle y transporta a Sherlock Holmes a Barcelona y lo hace con éxito. Homes y Watson mantienen perfectamente sus personajes, incluso el autor se permite algunos lujos con ellos, incluso les toma algo el pelo. Los expone a la gastronomía y costumbres catalanas y los enreda en resolver un misterio y fracasar en ello. La novela se lee en una sentada (esto es un halago) y deja un regusto excelente que todavía estoy paladeando.
Al fin he terminado esta trilogía, me daba un poco de miedo quedar decepcionado, porque las dos primeras novelas eran obras maestras. Estamos ante una obra magna, ante la parte necesaria para cerrar el círculo que quedaba abierto desde la primera novela. Pinilla nos deja nuevamente boquiabiertos con una obra que me parece de lectura obligada para aprender, entender y admirar. Una obra de mirada orgullosamente racial y a la vez crítica. Nadie debería perderse esta obra maestra.
¿Qué quieren que les diga? Que no pienso leer nada más de esta autora. Este libro solo tiene interesante el argumento y como es habitual en esta autora, empieza bien y poco a poco va en descenso y se convierte en un aburrimiento. Al final me he cansado de que "me cuente su vida".
Este libro es un bocado exquisito, pequeño, tan diminuto, como la historia que relata que entrelaza la vida real con la recreada mentalmente por las noches en la cama, cuando nuestros fantasmas acuden a recordarnos, a achucharnos, a veces a incomodarnos. Bella, deliciosa.
Esta la llevaba hace tiempo apuntada y no había manera de hacerse con ella. Al final la encontré casualmente en una librería madrileña. La portada con Michael Caine armado es toda una declaración de intenciones. La acción es vertiginosa, tan rápida que apenas da tiempo a hacerse con los personajes, todos ellos eclipsados por el protagonista. Llega un momento que da lo mismo, todos son enemigos y hay que defenderse. Durante muchos pasajes he pensado mucho en Cormac Mccarthy y en las novelitas del oeste de Marcial Lafuente Estefanía. Me ha fastidiado un poco el final porque me obliga a seguir buscando la continuación. Políticamente incorrecta hoy sería seriamente censurada por machista y violenta. He disfrutado teletransportado a mis veinte años.
Seré breve. Cada novela nueva que leo de este autor me parece superior a la previa. En lugar de estancarse, mejora de forma constante. Me voy a ver obligado a leer la serie entera. Seguiré informando.
Benigno F.
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