Iba muy bien, de verdad, iba muy bien hasta el tercer tomo que me ha dejado un poco (bastante) decepcionado. Es lo que tienen la diarrea, los vómitos y la poliuria, a veces acaban en incontinencia o a veces no llegas al lavabo con las prisas. Eso es lo que (me parece a mí) le ha pasado a la autora, incontinencia verbal, necesidad de rellenar por rellenar y eso sólo puede acabar mal.
Iba muy bien, hasta que (creo) le he visto el "plumero" a ella y me han entrado dudas sobre el conjunto. De si los premios son justos (ya sé que los premios literarios nunca lo son). De si las críticas son sinceras (también es mentira, casi todos están comprados). De si los que escriben opiniones independientes son simples seguidistas o no se atreven a criticar (en realidad sólo somos aficionados). Pero me ha entrado el miedo a sacar de verdad los instrumentos de cortar, he tenido pavor a ser criticado por no ser políticamente correcto, a que relacionen mis opiniones con mi ideología, a que me escriban un montón de cabread@s que no han leído la novela o que la han leído y les ha gustado (no hay nada que moleste más que alguien te diga que algo que te ha emocionado no tiene la calidad que pensabas).
La historia es interesante, el ambiente distópico está muy bien entrelazado, los personajes... (bueno ahí no tanto). Los dos primeros libros me tenían muy interesado. Todo funcionaba (casi) perfectamente hasta la tercera parte, cuando partes de la narración se vuelven parcialmente incomprensibles, cuando hay un montón de páginas innecesarias, un montón de frases que sólo están de relleno, para justificar la historia con un pasado con una explicación científica innecesaria, cuando la autora simplemente intenta exhibirse y demostrar que todo estaba perfectamente planeado. La mitad de ese tercer libro es sobrante. La autora no acaba de saber como resolver la historia y opta por lo banal, por lo poco sustancioso y para postre, nos escribe un epílogo como para justificarse. Que si el libro es un homenaje a su madre, que se identifica con la hija de la protagonista, que si ha estado (su madre) muy enferma, etc. A mí me ha sonado todo a una excusa: "Es que estaba por otra cosa y tenía que acabarlo. Perdonen ustedes". "Excusatio non petita, accusatio manifiesta". Pues no, yo no la perdono aunque sea mujer (y también todos los protagonistas), aunque sea de raza (ese no es mérito para ser buena escritora), aunque haya sufrido por sus familiares (eso lo compartimos todos los mortales). Todo eso (para mí) no es más que una excusa y me hace quedar con la ceja levantada, en una contractura muy desagradable, y me he puesto a juzgar de forma sumaria toda la obra, a verle todos los defectos, a levantar la ropa de la cama y ver todo el polvo acumulado por debajo.
Pese a todo, he pasado buenos ratos, la cogía con muchas ganas, tiene importantes méritos pero, es como esos jugadores de fútbol que hacen regates preciosos y al llegar delante del portero la tiran fuera o a las manos.
Pueden intentarlo, si no son muy exigentes, si se conforman bien y son de fácil perdón... Ese no es mi caso.
Benigno F.
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