En lo que va de año ya me he leído dos libros y voy a por el tercero. La verdad es que he tenido mucha suerte con las elecciones. Los dos primeros los podemos calificar con sobresaliente y este tercero ha empezado la mar de bien.
De este autor francés había leído uno de los volúmenes de la serie "Los Reyes Malditos", me pareció un muy buen escritor, bien documentado y pensé en seguir leyendo algún libro más de la serie. Entonces no tenía ni idea de su biografía, de casualidad volví a toparme con su nombre haciendo referencia a esta (¡como no!) trilogía de "Las grandes familias" que se inicia con este primer tomo. Ahí fue cuando sentí curiosidad por su biografía que me resultó muy interesante. Así que pensé que alguien que consiguió llegar a ministro de cultura en Francia, siendo hijo natural de un actor que se suicidó, pasando por miembro de la Resistencia, miembro de la Academia francesa y que recibió el Premio Goncourt por esta novela, seguramente tenía muchas cosas que contar. Efectivamente, las tiene y muy buenas.
La novela es sencillamente brillante, la acción y los personajes se mueven de forma tan fluida que consigue que te leas una novela de calidad como si fuera un "best seller". La trama presenta a los poderosos y miserables tras la primera guerra mundial, los pone frenta al abismo del fin de las maneras del siglo XIX y la implosión de la modernidad del siglo XX, apunta los peligros que se van a derivar de todo ello y lo hace de forma tan brillante que pese a estar escrita en 1948 parece que conozca muchos hechos más presentes. Se mantiene en los mejores parámetros de la gran novela francesa del siglo XIX y también apunta a las mejores de todo el siglo XX. Para postre todo ello ambientado en el París de posguerra que a todos nos hubiera gustado vivir. Tantos atractivos juntos es imposible que no produzcan un grandioso efecto.
Los personajes y sobre todo sus ambiciones son tan humanos como aceptablemente malvados. El egoísmo humano queda retratado con toda su crudeza, en algunos momentos tan despiadada que resulta violenta aunque la fuerza no haga su aparición prácticamente en ningún momento de la novela.
Al acabarla he tenido que refrenar mi impulso para no seguir con la segunda parte. Me ha entrado un poco de miedo. Mira que si no es tan buena como la primera. Le voy a dar un poco de reposo para saborearla mejor cuando vuelva.
¡Señores, probablemente estemos ante una obra maestra! Una de esas novelas que pone de acuerdo a intelectuales y a gente del pueblo. Una novela que ha seducido a un criticón empedernido como este que está escribiendo. No tengan duda en agradecérmelo (también la canción).
Benigno F.
De este autor francés había leído uno de los volúmenes de la serie "Los Reyes Malditos", me pareció un muy buen escritor, bien documentado y pensé en seguir leyendo algún libro más de la serie. Entonces no tenía ni idea de su biografía, de casualidad volví a toparme con su nombre haciendo referencia a esta (¡como no!) trilogía de "Las grandes familias" que se inicia con este primer tomo. Ahí fue cuando sentí curiosidad por su biografía que me resultó muy interesante. Así que pensé que alguien que consiguió llegar a ministro de cultura en Francia, siendo hijo natural de un actor que se suicidó, pasando por miembro de la Resistencia, miembro de la Academia francesa y que recibió el Premio Goncourt por esta novela, seguramente tenía muchas cosas que contar. Efectivamente, las tiene y muy buenas.
La novela es sencillamente brillante, la acción y los personajes se mueven de forma tan fluida que consigue que te leas una novela de calidad como si fuera un "best seller". La trama presenta a los poderosos y miserables tras la primera guerra mundial, los pone frenta al abismo del fin de las maneras del siglo XIX y la implosión de la modernidad del siglo XX, apunta los peligros que se van a derivar de todo ello y lo hace de forma tan brillante que pese a estar escrita en 1948 parece que conozca muchos hechos más presentes. Se mantiene en los mejores parámetros de la gran novela francesa del siglo XIX y también apunta a las mejores de todo el siglo XX. Para postre todo ello ambientado en el París de posguerra que a todos nos hubiera gustado vivir. Tantos atractivos juntos es imposible que no produzcan un grandioso efecto.
Los personajes y sobre todo sus ambiciones son tan humanos como aceptablemente malvados. El egoísmo humano queda retratado con toda su crudeza, en algunos momentos tan despiadada que resulta violenta aunque la fuerza no haga su aparición prácticamente en ningún momento de la novela.
Al acabarla he tenido que refrenar mi impulso para no seguir con la segunda parte. Me ha entrado un poco de miedo. Mira que si no es tan buena como la primera. Le voy a dar un poco de reposo para saborearla mejor cuando vuelva.
¡Señores, probablemente estemos ante una obra maestra! Una de esas novelas que pone de acuerdo a intelectuales y a gente del pueblo. Una novela que ha seducido a un criticón empedernido como este que está escribiendo. No tengan duda en agradecérmelo (también la canción).
Benigno F.
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