Acabo el año con un libro de traca, de los que dejan huella y sobre los que pasan los años pero siempre están vigentes.
Primera confesión: soy un inculto. No conocía a John Irving más que de oídas. Veía los tochos en las estanterías y me entraba la pereza. Sabía de la belleza de "Las normas de la casa de la sidra" pero como a todo el mundo le gusta, yo me hago el remolón. Así que han tenido que pasar cuarenta años desde que se publicó este libro para que yo me ponga con ello.
Segunda confesión: Creo que es uno de los mejores que he leído este año (quizás el mejor).
La obra, aparte de revelar un autor extraordinario con un nivel apropiado para los mayores premios, demuestra que hay varias formas de escribir, las de los escritores que hablan sólo de si mismos y de sus experiencias y la de los que usan la imaginación, la observación y hablan de los demás. El autor habla de ello en la novela usando como protagonista a un escritor (como él), pero siempre evitando la autobiografía, y si lo hace es de forma sutil, nada pedante o aburrida.
Habla de la angustia del escritor por su obra y por su vida. Habla de la muerte o mejor del temor del ser humano a la vida, pero de un temor que no siempre atenaza, que muchas veces estimula, a veces de forma excesiva, con reacciones exageradamente protectoras, frecuentemente con consecuencias destructivas. Del temor de los pensadores que no sólo piensan sino que investigan, de la angustia vital del fin inevitable de la vida. Habla de Marco Aurelio. Injerta obras e historias en mitad de la trama, frases y citas.
"En la vida de un hombre, su época sólo es un momento; su ser un fluir incesante; su jicio, el débil resplandor de una vela de sebo; su cuerpo, presa de los gusanos, su alma, un remolino inquieto; su fortuna, oscura; su fama, dudosa. En síntesis, todo lo que es cuerpo es agua en tránsito, todo lo que es alma, sueños y nubes"
El libro en lugar de mantener un nivel, está siempre en sentido ascendente. No es que haya giros inesperados (que los hay), es que la historia engancha con enorme fuerza, te deja pegado, porque está descrita de forma excelente, con palabras justas y medidas, las pausas en su momento, las historias y sueños conveniente intercaladas en la narración.
Es un novelón. Como ejemplo la brutal descripción de una violación, terriblemente lenta, enardecedora de espíritu justiciero en el lector, hasta tal punto que jaleamos brutalmente la daga que acaba con el violador mientras nuestra mente grita desaforadamente "mata, mata". A mí esa parte me ha dado mucho que pensar.
Pese a los años transcurridos aborda temas muy actuales como la libertad, la igualdad, el feminismo, la transexualidad, la prostitución, la (in)justicia y la educación. Muestra de muchos de ellos el extremismo, como advirtiendo de peligros, pero sin intentar predicar, sólo abre el maletín de viajante y enseña el catálogo que posee, pero sin intentar vender ninguno de sus artículos como mejores que otros. La decisión siempre está del lado del lector.
Los personajes son de gran solidez. Nacen, viven, les pasan cosas y (sobre todo) mueren, A diferencia de la poca credibilidad de los protagonistas indestructibles de largas sagas de novelas, a los de ésta la posibilidad de morir o sufrir en la novela les hace reales, cercanos y convincentes.
Tercera confesión: Me he emocionado mucho pensando en cosas autobiográficas, pero no se las voy a contar, porque los que cuentan sólo sus penas son unos plastas.
"Si a Garp le hubieran concedido un deseo simple e inmenso, habría escogido el de pñoder convertir el mundo en un lugar seguro. Tanto para los niños como para los adultos. El mundo impresionaba a Garp como innecesariamente peligroso para ambos."
Les recomiendo encarecidamente, casi les ordeno que, si pueden, la lean.
Benigno F.
Primera confesión: soy un inculto. No conocía a John Irving más que de oídas. Veía los tochos en las estanterías y me entraba la pereza. Sabía de la belleza de "Las normas de la casa de la sidra" pero como a todo el mundo le gusta, yo me hago el remolón. Así que han tenido que pasar cuarenta años desde que se publicó este libro para que yo me ponga con ello.
Segunda confesión: Creo que es uno de los mejores que he leído este año (quizás el mejor).
La obra, aparte de revelar un autor extraordinario con un nivel apropiado para los mayores premios, demuestra que hay varias formas de escribir, las de los escritores que hablan sólo de si mismos y de sus experiencias y la de los que usan la imaginación, la observación y hablan de los demás. El autor habla de ello en la novela usando como protagonista a un escritor (como él), pero siempre evitando la autobiografía, y si lo hace es de forma sutil, nada pedante o aburrida.
Habla de la angustia del escritor por su obra y por su vida. Habla de la muerte o mejor del temor del ser humano a la vida, pero de un temor que no siempre atenaza, que muchas veces estimula, a veces de forma excesiva, con reacciones exageradamente protectoras, frecuentemente con consecuencias destructivas. Del temor de los pensadores que no sólo piensan sino que investigan, de la angustia vital del fin inevitable de la vida. Habla de Marco Aurelio. Injerta obras e historias en mitad de la trama, frases y citas.
"En la vida de un hombre, su época sólo es un momento; su ser un fluir incesante; su jicio, el débil resplandor de una vela de sebo; su cuerpo, presa de los gusanos, su alma, un remolino inquieto; su fortuna, oscura; su fama, dudosa. En síntesis, todo lo que es cuerpo es agua en tránsito, todo lo que es alma, sueños y nubes"
El libro en lugar de mantener un nivel, está siempre en sentido ascendente. No es que haya giros inesperados (que los hay), es que la historia engancha con enorme fuerza, te deja pegado, porque está descrita de forma excelente, con palabras justas y medidas, las pausas en su momento, las historias y sueños conveniente intercaladas en la narración.
Es un novelón. Como ejemplo la brutal descripción de una violación, terriblemente lenta, enardecedora de espíritu justiciero en el lector, hasta tal punto que jaleamos brutalmente la daga que acaba con el violador mientras nuestra mente grita desaforadamente "mata, mata". A mí esa parte me ha dado mucho que pensar.
Pese a los años transcurridos aborda temas muy actuales como la libertad, la igualdad, el feminismo, la transexualidad, la prostitución, la (in)justicia y la educación. Muestra de muchos de ellos el extremismo, como advirtiendo de peligros, pero sin intentar predicar, sólo abre el maletín de viajante y enseña el catálogo que posee, pero sin intentar vender ninguno de sus artículos como mejores que otros. La decisión siempre está del lado del lector.
Los personajes son de gran solidez. Nacen, viven, les pasan cosas y (sobre todo) mueren, A diferencia de la poca credibilidad de los protagonistas indestructibles de largas sagas de novelas, a los de ésta la posibilidad de morir o sufrir en la novela les hace reales, cercanos y convincentes.
Tercera confesión: Me he emocionado mucho pensando en cosas autobiográficas, pero no se las voy a contar, porque los que cuentan sólo sus penas son unos plastas.
"Si a Garp le hubieran concedido un deseo simple e inmenso, habría escogido el de pñoder convertir el mundo en un lugar seguro. Tanto para los niños como para los adultos. El mundo impresionaba a Garp como innecesariamente peligroso para ambos."
Les recomiendo encarecidamente, casi les ordeno que, si pueden, la lean.
Benigno F.
Pues si, lo leí allá por el año 80, poco tiempo después de ser publicado. Todavía conservo el ejemplar, una edición económica de Argos/Vergara. Un grandísimo libro. Todavía recuerdo alguna de sus escenas, y en alguna parte del mismo, el empleo de la técnica de otro libro dentro del mismo. Agradecido por la mención. Lo he sacado de la estantería con la intención de dejarlo cerca y releerlo.
ResponderEliminarSaludos,
JdG