La verdad es que no estoy mucho para novelas trascendentes o de literatura de nivel elevado, así que me he puesto con esta novela negra y me la he merendado fácil. Al parecer forma parte de una trilogía (La Trilogía Negra de Estocolmo) y quizás si me hubiera dado cuenta de ello igual ni me hubiera puesto porque tengo mis dudas sobre si terminaré leyendo el resto y eso de dejar las cosas inacabadas no va mucho conmigo pero...
La novela se lee fácil, el ritmo es vertiginoso, es fácilmente comprensible, rápidamente te haces con los personajes, con sus blancos y negros ya que ninguno parece inocente, ninguno parece bueno del todo, pero tampoco son malos a conciencia, algunos solo son un poco descerebrados, otros con demasiado cerebro mal utilizado. Ese detalle de la falta de diferenciación entre buenos y malos me parece interesante, la simpatía que despiertan en nosotros incluso los más malvados y lo fácilmente que entra uno en sus justificaciones es de los que más me ha gustado. Lo que no me ha gustado son algunas interrupciones con documentos oficiales, actas de juicios, informes policiales. Demasiado formales, innecesarios para la narración, colocados a contrapié para dar respiro al lector aunque éste no lo necesita. La verdad es que la mayoría me los he saltado, como (creo yo) la mayoría de los lectores de la novela.
Al acabarla me han entrado unas ganas locas de volver a leer a John Connolly y a Comarc McCarthy y no sé porqué, supongo que es por los malvados que pueblan sus narraciones, que igual son algo menos artificiales que estos suecos, (bueno, suecos suecos solo hay uno, el resto todos son de otros paises. Racismo dirían algunos, yo no porque los suecos "buenos" son bastante tontos) que pese a que dan el pego en la historia e incluso podrían ser reales no entrarían ni con calzador en las novelas de estos autores.
Vamos que en vez de leer la segunda parte de ésta voy a buscar algo de McCarthy que aunque es menos ordenado, más difícil de entender y su violencia es gratuita e irracional, sus malvados me ponen mucho más que los de ésta que viene del frío, aunque la novela negra del norte de Europa esté de moda merced a sencillas tácticas de marketing que nada tienen que ver con la calidad salvo honrosas excepciones (Igual leo a Mankell).
De todas maneras si queréis pasar un buen rato, se deja leer, pero seguro que sin esperar nada de cultura, ni aprender nada nuevo de la vida, no os dará nada que pensar, olvidable al poco rato, igual que las películas de J.A. Bayona (y de otros) que ellos califican con la boca (y el bolsillo) llena y con lágrimas en los ojos de cultura para que les bajen los impuestos, y no son más que mero entretenimiento sin el menor atisbo de cultura, incluso cuando se basan en hechos reales o en los narrados en un libro (que tampoco tiene porque ser cultura).
Benigno F.
La novela se lee fácil, el ritmo es vertiginoso, es fácilmente comprensible, rápidamente te haces con los personajes, con sus blancos y negros ya que ninguno parece inocente, ninguno parece bueno del todo, pero tampoco son malos a conciencia, algunos solo son un poco descerebrados, otros con demasiado cerebro mal utilizado. Ese detalle de la falta de diferenciación entre buenos y malos me parece interesante, la simpatía que despiertan en nosotros incluso los más malvados y lo fácilmente que entra uno en sus justificaciones es de los que más me ha gustado. Lo que no me ha gustado son algunas interrupciones con documentos oficiales, actas de juicios, informes policiales. Demasiado formales, innecesarios para la narración, colocados a contrapié para dar respiro al lector aunque éste no lo necesita. La verdad es que la mayoría me los he saltado, como (creo yo) la mayoría de los lectores de la novela.
Al acabarla me han entrado unas ganas locas de volver a leer a John Connolly y a Comarc McCarthy y no sé porqué, supongo que es por los malvados que pueblan sus narraciones, que igual son algo menos artificiales que estos suecos, (bueno, suecos suecos solo hay uno, el resto todos son de otros paises. Racismo dirían algunos, yo no porque los suecos "buenos" son bastante tontos) que pese a que dan el pego en la historia e incluso podrían ser reales no entrarían ni con calzador en las novelas de estos autores.
Vamos que en vez de leer la segunda parte de ésta voy a buscar algo de McCarthy que aunque es menos ordenado, más difícil de entender y su violencia es gratuita e irracional, sus malvados me ponen mucho más que los de ésta que viene del frío, aunque la novela negra del norte de Europa esté de moda merced a sencillas tácticas de marketing que nada tienen que ver con la calidad salvo honrosas excepciones (Igual leo a Mankell).
De todas maneras si queréis pasar un buen rato, se deja leer, pero seguro que sin esperar nada de cultura, ni aprender nada nuevo de la vida, no os dará nada que pensar, olvidable al poco rato, igual que las películas de J.A. Bayona (y de otros) que ellos califican con la boca (y el bolsillo) llena y con lágrimas en los ojos de cultura para que les bajen los impuestos, y no son más que mero entretenimiento sin el menor atisbo de cultura, incluso cuando se basan en hechos reales o en los narrados en un libro (que tampoco tiene porque ser cultura).
Benigno F.
Comentarios
Publicar un comentario