Supongamos que invertimos nuestros ahorros en un negocio o en un banco, eso supone depositar nuestra confianza en la gestión y profesionalidad de los dirigentes, que les damos nuestro visto bueno para sus decisiones, aunque con toda seguridad, transcurrido un tiempo valoraremos su gestión y decidiremos si seguir o no con la inversión.
Supongamos que esos directivos deciden hacer una consulta (votación) entre sus inversores para decidir cuales son las líneas de negocio a seguir o los fondos de inversión en los que arriesgar los depósitos. Yo no sé vosotros, pero yo les retiraría automáticamente mi confianza por no cumplir con sus obligaciones.
Supongamos que vamos al médico y entre las varias alternativas de tratamiento de una enfermedad, hacen una votación entre todos los afectados para decidir la terapéutica a aplicar. Nuevamente, todos, de forma unánime cambiaríamos de médico.
La falta de asunción de responsabilidad, el delegar las decisiones en personas no preparadas para ello supone una dejación de funciones intolerable en cualquiera de estas situaciones.
Algunos políticos no entienden esto, y así vemos como determinados ayuntamientos convocan a asambleas populares para recibir propuestas que luego someten a votación para decidir cuales son las más adecuadas, de tal manera que las decisiones de la distribución presupuestaria pasan a depender de todos aquellos espontáneos que deciden participar en estas votaciones no oficiales en las que no se dan ninguna de las medidas adecuadas para asegurar su limpieza y que probablemente adolecen de una baja participación. Aún así, estos políticos piensan que eso es democracia.
Para mí la democracia consiste en elegir a las personas que nos parecen más preparadas para tomar por nosotros las decisiones políticas diarias. Se supone que esas personas están suficientemente preparadas y está bien que oigan las propuestas populares, pero en ellos radica la responsabilidad de decidir las prioridades de inversión y las posibilidades reales de que sean llevadas a cabo.
Así que señores políticos municipales: Hagan su trabajo o renuncien a su sueldo y dejen de sacar tantas urnas para tapar su falta de competencia y descargar su responsabilidad cuando se produzcan errores. Se les elige para que tomen decisiones y solucionen problemas no para que estén siempre preguntando y llenándose los carrillos de democracia cada dos por tres. Por si no lo han entendido todavía: Los exámenes y la planificación de la docencia no la hacen los estudiantes, aunque viene bien oírles de vez en cuando.
Benigno F.
Supongamos que esos directivos deciden hacer una consulta (votación) entre sus inversores para decidir cuales son las líneas de negocio a seguir o los fondos de inversión en los que arriesgar los depósitos. Yo no sé vosotros, pero yo les retiraría automáticamente mi confianza por no cumplir con sus obligaciones.
Supongamos que vamos al médico y entre las varias alternativas de tratamiento de una enfermedad, hacen una votación entre todos los afectados para decidir la terapéutica a aplicar. Nuevamente, todos, de forma unánime cambiaríamos de médico.
La falta de asunción de responsabilidad, el delegar las decisiones en personas no preparadas para ello supone una dejación de funciones intolerable en cualquiera de estas situaciones.
Algunos políticos no entienden esto, y así vemos como determinados ayuntamientos convocan a asambleas populares para recibir propuestas que luego someten a votación para decidir cuales son las más adecuadas, de tal manera que las decisiones de la distribución presupuestaria pasan a depender de todos aquellos espontáneos que deciden participar en estas votaciones no oficiales en las que no se dan ninguna de las medidas adecuadas para asegurar su limpieza y que probablemente adolecen de una baja participación. Aún así, estos políticos piensan que eso es democracia.
Para mí la democracia consiste en elegir a las personas que nos parecen más preparadas para tomar por nosotros las decisiones políticas diarias. Se supone que esas personas están suficientemente preparadas y está bien que oigan las propuestas populares, pero en ellos radica la responsabilidad de decidir las prioridades de inversión y las posibilidades reales de que sean llevadas a cabo.
Así que señores políticos municipales: Hagan su trabajo o renuncien a su sueldo y dejen de sacar tantas urnas para tapar su falta de competencia y descargar su responsabilidad cuando se produzcan errores. Se les elige para que tomen decisiones y solucionen problemas no para que estén siempre preguntando y llenándose los carrillos de democracia cada dos por tres. Por si no lo han entendido todavía: Los exámenes y la planificación de la docencia no la hacen los estudiantes, aunque viene bien oírles de vez en cuando.
Benigno F.
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