Renuncio. Ni siquiera voy a intentar acabarlo. Este libro es un auténtico peñazo. Llevo doscientas páginas y la trama prácticamente no ha comenzado.
La autora utiliza el argumento como excusa para largarnos una filípica, para demostrarnos su capacidad descriptiva, ambiciona tanto enseñar que aburre, como algunos profesores sabios a los estudiantes. Son incapaces de resumir su sabiduría o se ponen nerviosos en clase y al final no comunican.
Esta escritora se enreda entre paisajes, carreteras, casas, cultivos y platos de cocina y así pierden brillo los cuidados personajes, la historia es algo colateral y cada vez que parece que arranca sufre parones inexplicables. Da la sensación de que el éxito se le ha subido a la cabeza y las aspiraciones superan a la propia obra. Incluso me invade la sospecha de que primero ha escrito la historia y luego los alrededores de ésta y se le ha ido la mano de forma suprema.
Se supone que plantea una visitón crítica de la sociedad americana, pero lo hace desde el microscopio y sólo parece que analiza una hoja y se olvida de ver el árbol y por supuesto el paisaje. Al libro le falta perspectiva, le sobra ambición y ganas de exhibirse. Le sucede como a esos cantantes tan buenos que aburren con dilatadas ostentaciones vocales.
No tengo duda de que la escritora conoce su oficio y su obra ha sido ampliamente exaltada. Pero para mí es claro que en esta escalera no sube ningún peldaño, se queda indudablemente al pie. En definitiva, un excelente bosquejo, muy buenos materiales para la construcción, pero errores de bulto en el cumplimiento de los planos, cambios en el presupuesto y al final una obra pretendidamente faraónica que acaba en desastre. Como para volver a hacerla de nuevo.
Una recomendación: Si lo intentas hazlo con paciencia. Yo carezco de ella. Para mí francamente merecedora de una breve jaculatoria tipo Fernando Fernán Gómez.
Puntuación: No tiene. Lo califico como "No presentado" pero no le doy ni la oportunidad de la segunda convocatoria.
La autora utiliza el argumento como excusa para largarnos una filípica, para demostrarnos su capacidad descriptiva, ambiciona tanto enseñar que aburre, como algunos profesores sabios a los estudiantes. Son incapaces de resumir su sabiduría o se ponen nerviosos en clase y al final no comunican.
Esta escritora se enreda entre paisajes, carreteras, casas, cultivos y platos de cocina y así pierden brillo los cuidados personajes, la historia es algo colateral y cada vez que parece que arranca sufre parones inexplicables. Da la sensación de que el éxito se le ha subido a la cabeza y las aspiraciones superan a la propia obra. Incluso me invade la sospecha de que primero ha escrito la historia y luego los alrededores de ésta y se le ha ido la mano de forma suprema.
Se supone que plantea una visitón crítica de la sociedad americana, pero lo hace desde el microscopio y sólo parece que analiza una hoja y se olvida de ver el árbol y por supuesto el paisaje. Al libro le falta perspectiva, le sobra ambición y ganas de exhibirse. Le sucede como a esos cantantes tan buenos que aburren con dilatadas ostentaciones vocales.
No tengo duda de que la escritora conoce su oficio y su obra ha sido ampliamente exaltada. Pero para mí es claro que en esta escalera no sube ningún peldaño, se queda indudablemente al pie. En definitiva, un excelente bosquejo, muy buenos materiales para la construcción, pero errores de bulto en el cumplimiento de los planos, cambios en el presupuesto y al final una obra pretendidamente faraónica que acaba en desastre. Como para volver a hacerla de nuevo.
Una recomendación: Si lo intentas hazlo con paciencia. Yo carezco de ella. Para mí francamente merecedora de una breve jaculatoria tipo Fernando Fernán Gómez.
Puntuación: No tiene. Lo califico como "No presentado" pero no le doy ni la oportunidad de la segunda convocatoria.
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