Está es aparentemente una novela sencilla. Se lee en un suspiro, a muchos les parecerá con poca sustancia, pocas páginas, una más de detectives y sin mucho glamour porque no es americana. Otro español metido a imitador de Hammett o de Chandler.
Pinilla es sencillo y dice las cosas con claridad, con tanta claridad y facilidad que las importantes pueden incluso pasar desapercibidas en medio de la labor investigadora.
De hecho, en un análisis superficial, nos encontramos ante una simple novela, otra más de una saga detectivesca, en este caso de Samuel Esparza, el alter ego de un vendedor de libros y escritor vasco. Un simple ejercicio del escritor para llenar el tiempo entre grandes proyectos. Aún así, sin profundizar, es una magnífica obra que en otro ambiente u otro país hubiera vendido a espuertas, guión peliculero en Hollywood o serie televisiva. A nada de ello ha dado tiempo porque Pinilla sólo escribió tres y nos dejó después de ello.
La novela, como todas las de Pinilla, está ambientada en el País Vasco y va de vascos y va de Getxo y de su historia y de la guerra y la posguerra, pero Pinilla no se entretiene en juzgar los acontecimientos, ni siquiera en dar su opinión, solo muestra cosas, pone las cartas boca arriba sobre el tapete y se ve tan clara la jugada, que las simples cosas de personas que relata parecen una simpleza, pero no lo son.
También habla de sí mismo (y mucho) a través de la soledad de ese detective de doble personalidad o de triple según lo mires. Incluso nos habla de sus lecturas y, como no, las recomienda. Repasa los lomos de los libros de la biblioteca y señala algunos buenos y por supuesto los que en su criterio no lo son tanto.
"La vida no es como aparece en "Cien años", la vida es como la cuentan Dashiell Hammett y Raymond Chandler. Me alegra que no vean lo mucho que vende García Márquez y lo poco ellos."
¡Cuantas horas en solitario sólo mirando libros pasan escritores y lectores! Seguramente por eso hoy en día es tan poco popular la lectura, porque exige atención, comprensión, esfuerzo y soledad. Todo ello está poco de moda en el mundo moderno.
"Más que fría, mi casa tiene la tristeza de las que solo se habitan por las noches."
¿De que va el libro? De lo de siempre de asesinos por despecho, de venganzas y de culpabilidades que persiguen mucho tiempo. Todo ello explorado dándole la vuelta a las vísceras de los implicados y con un final esperable pero inesperado.
Yo que ustedes no me lo perdería, comparen con cualquier saga detectivesca nacional y verán la diferencia. Cualquier día ya no lo reeditan o algún avispado se lo copia y dice que es americano.
Pinilla es sencillo y dice las cosas con claridad, con tanta claridad y facilidad que las importantes pueden incluso pasar desapercibidas en medio de la labor investigadora.
De hecho, en un análisis superficial, nos encontramos ante una simple novela, otra más de una saga detectivesca, en este caso de Samuel Esparza, el alter ego de un vendedor de libros y escritor vasco. Un simple ejercicio del escritor para llenar el tiempo entre grandes proyectos. Aún así, sin profundizar, es una magnífica obra que en otro ambiente u otro país hubiera vendido a espuertas, guión peliculero en Hollywood o serie televisiva. A nada de ello ha dado tiempo porque Pinilla sólo escribió tres y nos dejó después de ello.
La novela, como todas las de Pinilla, está ambientada en el País Vasco y va de vascos y va de Getxo y de su historia y de la guerra y la posguerra, pero Pinilla no se entretiene en juzgar los acontecimientos, ni siquiera en dar su opinión, solo muestra cosas, pone las cartas boca arriba sobre el tapete y se ve tan clara la jugada, que las simples cosas de personas que relata parecen una simpleza, pero no lo son.
También habla de sí mismo (y mucho) a través de la soledad de ese detective de doble personalidad o de triple según lo mires. Incluso nos habla de sus lecturas y, como no, las recomienda. Repasa los lomos de los libros de la biblioteca y señala algunos buenos y por supuesto los que en su criterio no lo son tanto.
"La vida no es como aparece en "Cien años", la vida es como la cuentan Dashiell Hammett y Raymond Chandler. Me alegra que no vean lo mucho que vende García Márquez y lo poco ellos."
¡Cuantas horas en solitario sólo mirando libros pasan escritores y lectores! Seguramente por eso hoy en día es tan poco popular la lectura, porque exige atención, comprensión, esfuerzo y soledad. Todo ello está poco de moda en el mundo moderno.
"Más que fría, mi casa tiene la tristeza de las que solo se habitan por las noches."
¿De que va el libro? De lo de siempre de asesinos por despecho, de venganzas y de culpabilidades que persiguen mucho tiempo. Todo ello explorado dándole la vuelta a las vísceras de los implicados y con un final esperable pero inesperado.
Yo que ustedes no me lo perdería, comparen con cualquier saga detectivesca nacional y verán la diferencia. Cualquier día ya no lo reeditan o algún avispado se lo copia y dice que es americano.
Soy un convencido admirador de Don Ramiro, desde su " Las ciegas hormigas", su muy recomendable trilogía "Verdes valles, colinas rojas", "La higuera"..., todos sus libros me han hecho pasar muy grandes momentos. De la saga del amigo Esparza solo he leído la anterior "El cementerio vacío". Rememoro la creencia de la que habla el autor en esta última novela, la de los enterrados en cementerios cercanos a las playas y que, por razón desconocida, terminan trasladándose al mar, su último y genuino seno. Quizás el título de "Cadáveres en la playa" tenga algo que ver con ello. Espero descubrirlo a la mayor brevedad posible.
ResponderEliminarSaludos,
JdG
Pues ya somos dos convencidos admiradores de Don Ramiro del cual he leído cuatro libros y tengo sobre la mesa el quinto. Un saludo y muchas gracias por tu comentario.
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