¿Me pregunto cómo he llegado a leer este libro? ¿Cómo puede
ser que me hayan engañado para emplear un billete en comprarlo? (Lo he
comprado. Aquí no se comentan libros pirateados).
Muy fácil, me he dejado llevar
por el “boca a boca” moderno, los foros manipulados por las editoriales y los
poderes mediáticos que pretenden colocarnos un producto supuestamente culto y
revolucionario y por las opiniones de algunos lectores orgullosos de exhibir que lo han leído y comprendido. Nada que ver con la verdadera comunicación, esa que permite
detectar alientos sinceros y brillos en las miradas de personas extasiadas por
la lectura de un libro, por una audición musical o la visión de una obra
maestra.
Sin dudarlo, puedo afirmar que nos hallamos ante un
auténtico subproducto, un bodrio de tamaño monumental, una “bosteira” seca
sobre adoquines vendida envuelta en el celofán del cultismo, de luminosos
colores, con frases rimbombantes y cultas en la cubierta de caramelo. El típico
plato supuestamente sensacional (y caro), rebuscado, de gusto difícil,
apreciable sólo por paladares entendidos y entrenados y que nos produce
vergüenza reconocer que no nos gusta, es más que nos parece repugnante, pero
como todo el mundo asiente con cara de imbécil loando sus matices y aromas, no
nos atrevemos a discrepar no sea que seamos expulsados de esa élite en la que
nos han admitido recientemente.
Y eso que empecé el libro con las mejores intenciones,
dejándome mecer en la suave marea de la incomprensible historia, imaginando a
través de nombres y verbos nuevos, de
frases incoherentes, haciendo como si los entendiera, sin buscar encaje ni
explicación a los diferentes personajes, esperando que la iluminación
apareciera de un momento a otro en virtud de la magia de la palabra.
Pero va pasando el tiempo y la varita no surte efecto y no
hay estrellas aparecidas de la nada y te vas dando cuenta que te están colando
una historia insulsa, burda, de simples ambiciones y conquistas humanas. Que te
pretenden engañar ofreciéndote un nuevo lenguaje como truco. Que el autor
emplea medio libro para descolocarnos más que para situarnos. Que intenta
parecer innovador pero no es más que un simple trabalenguas para disléxicos,
que busca diferenciar entre adeptos e incrédulos. Pues bien, yo me declaro
incrédulo, estúpido y analfabeto.
En algún momento he pensado que podría ser un tema de la
traducción, pero no me parece posible tal cúmulo de despropósitos y el libro
adquiere por momentos un tono de superioridad (o lo entiendes o te jodes) y un
poco mesiánico que sólo me parece atribuible a su autor.
En la segunda mitad del libro (si no has abandonado harto)
el autor se deja de tonterías, vuelve al lenguaje comprensible y ahí es cuando
le salen todas sus carencias, a él como escritor y a la historia. Se queda en
pelotas al quitarse ese vestido extravagante y , al disminuir el chirrido lingüístico
te das cuenta de que no transmite, no describe y en definitiva como lector no
sientes ningún tipo de emoción salvo la sensación de que te han tomado el pelo, que no hay mensaje alguno entre tanto diálogo secreto, sólo una simple historia de seres humanos.
"¡Oye listillo! ¿Y por qué triunfa?" Porque nadie se atreve a
reconocer que no lo entiende, que es incapaz de descifrar la mente del
escritor. Y a mí me parece que escribir no se trata de esto, que es válido un
cierto cripticismo pero no obligar al lector a entender los pensamientos que
pasan como disparos por la mente del escritor. Que las continuas piruetas de un
acróbata loco acaban cansando cuando no les encuentras el sentido.
Lo mejor: Las intenciones innovadoras. Algunas ideas originales sobre el lenguaje y los
“Anfitriones” y “Embajadores”. Suerte que no es prolijo en descripciones le
hubiera salido un tochazo imposible. Que he sobrevivido a los efectos indeseables de
esta absurda quimioterapia.
Lo peor: La función en la historia de alguno de los
personajes principales no tiene ninguna explicación coherente. Algunos hilos del relato cuando los sigues no están unidos a nada, simplemente están sueltos al vacio, el autor se aprovecha de ello pensando que no vas a osar seguirlos en una trama tan intrincada. Otros personajes se diluyen de forma
inexplicable. Los “palabros” sin significado y los adjetivos extraordinariamiente rebuscados (no me atrevo a calificarlos como cultos) utilizados para las descripciones, imprescindible el uso del diccionario. Los lectores no vamos para
especialistas en esperanto. El final ... sencillamente penoso.
Puntuación: 4/10
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