De obsesiva tengo que calificar la lectura de las dos últimas novelas que componen esta trilogía, a la que le he dado unos meses desde la lectura de la primera hasta hoy. Creo que comenté que la primera no parecía más que una introducción para atraerte a las siguientes y que, aunque me gustó, no había alcanzado las expectativas que tenía. Después de leer las dos siguientes, lo confirmo, la primera novela no es más que una introducción a la segunda que, en mi opinión, es la mejor de las tres. Es la que tiene un ritmo constante, la que explora mejor las posibilidades de los personajes y la que mantiene de forma alineada e interesante varias lineas argumentales. En ningún momento parece excesiva y produce un frenesí lector que aboca necesariamente a la lectura compulsiva de la tercera. En ésta, la autora, pincha de forma estrepitosa el globo, reduce de forma algo cansina el ritmo en el inicio, se empeña en dar datos innecesarios y esto se hace todavía más patente en la s...