Este libro tiene muy buenas críticas y después de leerlo, uno no se explica porqué. Salvo que las críticas las hacen críticos y los que las han hecho deben ser amigos de este crítico metido a escritor. Grave error, sería inaudito que un comentarista de deportes se metiera a deportista, un periodista taurino a torero o un paciente a médico. Todos lo harían mal, por ello, un crítico literario no debe nunca (insisto, nunca) escribir un libro y menos de la especialidad que presuntamente domina.
Pues eso es lo que pasa con este libro y este crítico. Todo mal y uno ya está mayor para que le tomen el pelo. Porque este libro está engordado a base de descripciones turísticas de Segovia, su provincia, sus restaurantes, barrios y monumentos. Sobre la vida insulsa del narrador, su familia, sus amigos y vicisitudes. Y luego hay una historia policíaca y la obsesión del protagonista por solucionarla, dándole un tono realista, intentando emular a Truman Capote, Emmanuel Charriére y otros especialistas en eso que llaman "true crime". Claro, al final le sale un libro aburrido, soporífero, sin ningún tipo de "chicha" a la que agarrarse, lleno de convencionalismos, de repeticiones y resuelto con un final nada convincente.
Por suerte, la historia, narrada con tono realista, es un invento del crítico (no quiero llamarlo escritor) y eso es lo único convincente de la narración, su parecido con la realidad. Probablemente porque está sazonado con elementos autobiográficos del propio autor y con un escenario tan real y bello como Segovia. Ni siquiera le salvan sus referencias musicales (por cierto, Mogwai son un poco peñazo. Si por lo menos fueran los Slowdive) y mucho menos sus "podcasts", ni las llamadas a la radio (que uno no sabe bien qué pintan en la narración). Ni las "casualidades" que ayudan al periodista a ir acercándose a su pretendida verdad.
Leo por ahí que el presunto escritor amenaza con escribir otros tres libros. Yo creo que mejor no molestarse (él en escribir y nosotros en leer) porque ya ha demostrado lo que puede hacer y carece de relevancia.
Es curioso, he buscado por internet reseñas del libro y prácticamente todas son de amigos y conocidos e incluso del propio escritor en "Zenda". Hay que tenerlos cuadrados. Pero bueno, cuando uno lee cosas que dicen de él sus "amigos", como por ejemplo Carlos Zanón (que desde hace un tiempo se dedica a aburrir a los corderos) ya va haciéndose a la idea: "Es una novela extraordinaria y me habría gustado escribirla yo". Es que podría haberla escrito perfectamente, encaja sin duda con su estilo y habilidades. Pero bueno, este crítico comparó a Carmen Mola con Banville y Pynchon y eso ya dice todo sobre sus virtudes.
En definitiva, que si sucumben a la tentación, no se quejen de que no les avisé.
PD: En mi próxima entrada les hablaré de una novela policíaca, de suspense, negra, como quieran ustedes llamarla, de verdad. Estén pendientes.
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