Esta es la décima novela de la serie que tiene como protagonista al detective Charlie Parker. Nada que ver con el famoso saxofonista de jazz, pero eso ya se lo he contado otras veces. He leído las otras nueve aunque no he reseñado todas y siempre he acabado con ganas de volver de nuevo a este autor y a su detective. He de reconocer que esta es la primera que me decepciona.
El argumento es clásico dentro de los parámetros delineados por el escritor para esta serie. Los protagonistas son los habituales, familiares para el lector adicto que no necesita de más detalles sobre sus personalidades. Probablemente por eso Connolly se desparrama sobre un montón de datos y detalles que, a mi, me parecen absolutamente innecesarios, rellena numerosas páginas con descripciones de paisajes, detalles sobre usos y costumbres, decoraciones de bares, moteles, etc... Vamos que te puedes saltar todo ello tranquilamente, porque lo que interesa en estas novelas es la trama policíaca y los adornos están bien, pero su exceso solo recarga. A mí me ha parecido un burdo intento del escritor para llenar páginas, para encubrir un argumento (en mi opinión) simple pero descrito de forma algo enrevesada y de la ausencia de personajes malvados destacados cuya personalidad resultaba muy interesante en otras novelas. Le falta "potencia narrativa" (¿Qué será eso?).
En ningún momento he sentido los escalofríos habituales de otras novelas. Me la he leído muy rápido, demasiado para mi gusto. Así que me he quedado con cierto mal sabor de boca porque veo al detective, sus acompañantes y sus historias algo estancados.
Sin duda, seguiré leyendo las historias de este escritor y de este detective (de momento son otras diez) y volveré a esperar con expectación sentir las mismas sensaciones. Habrá que tener paciencia.
Benigno F.
PD: No se olviden de la canción. Igual refleja mi estado de ánimo al leer este libro.
"I eat my hours up
Too heavy to fly"
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