A mi "alter ego" le encanta este finlandés. Me dice que ha leído: "El bosque de los zorros" y "El mejor amigo del oso" y que con ambos ha pasado unos ratos excelentes gracias a este escritor ocurrente, crítico con las formas sociales y "tics" de la "moderna" sociedad nórdica. Me dice también que es de esos escritores con los que te sueles reir (incluso a carcajadas) con algunas de sus historias que llevan al borde de lo absurdo situaciones que se asemejan mucho a nuestras estupideces cotidianas.
Estoy de acuerdo en casi todo salvo que esta novela me ha hecho reir muy poco, quizás sonreir. Seguramente es el tema, que es muy serio, quizás es que desde el principio es previsible que la cosa no acabe en tragedia. Indudablemente interviene mi visión personal sobre las intenciones autodeletéreas. Y es que siempre molesta que se mencione "la soga en casa del ahorcado".
El libro se lee fácil, mantiene muy bien el interés, el desarrollo de la trama y los personajes son consistentes, está exento de contradicciones. Todo eso es mucho y habla muy bien sobre su creador. Incluso es divertido y hasta da que pensar. En definitiva, vale la pena, pero me queda como un resquemor interior, algo que no soy capaz de definir de forma adecuada que me encorva la ceja. Es como si tienes un molesto ardor pasadas unas horas después de una magnífica cena.
Lo mejor: Sólido, crítico, ocurrente, original. ¿Es necesario que diga más? La pelea de los suicidas con los "ultras" de un equipo de fútbol.
Lo peor: No sé definirlo, hay algo o alguien de color rojo, con cuernos y tridente en mi interior que me molesta. Mejor no le hago caso. ¿Serán los complicados nombres de los personajes? Igual es simplemente que desenmascara lo (supuestamente) romántico y voluntario de abandonar voluntariamente la vida. Lo convierte en un acto estúpido e innecesario si simplemente se levanta la cabeza y se mira alrededor.
Una frase: "Utriainen dijo haber llegado a la conclusión de que justamente la publicidad era la culpable de la tendencia a la autodestrucción de los finlandeses. ¿Para qué vivir si de todas formas no podían comprar todas aquellas cosas maravillosas que les metían constantemente por los ojos?"
No podría estar más de acuerdo. Lo peor del mundo moderno son las innumerables, frustrantes e inalcanzables perspectivas.
Puntuación: 7,5/10
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