Es probable que esta sea la última reseña del año y va un "dos por uno" con la continuación de esta trilogía (que resulta que no lo es por que hay algunos más) de literatura fantástica/ciencia ficción.
En primer lugar, tengo que decir que me los he leído en cuatro días de forma casi obsesiva, eso suele ser indicar de calidad en cuanto a entretenimiento, pero esa calidad no tiene porque correlacionarse con excelencia narrativa, ni con originalidad, porque estamos ante un producto de consumo que resulta ser un batiburrillo de "La Guerra de las Galaxias", "Ilion" (de Dan Simmons, autor y obra que aprovecho para recomendarles) y "La rueda del tiempo" y, claro, cuando se ha leído mucho, al hacer el balance final, cuando se apaga el sonido de la narración, se nota un chirrido enorme, te entra un tinnitus muy desagradable y eso no son buenas señales.
Porque este escritor escribe de cara a la galería, para su provecho económico y con un descarado estilo cinematográfico encarado a vender el producto para una serie en una plataforma de streaming.
La segunda novela, "Hilo dorado" es, sin lugar a dudas, la mejor. Hay progresión de los personajes, hay batallas tremendas, hay suspense y giros argumentales, pero el escritor se empeña en abundar en descripciones innecesariamente detalladas, en darnos la tabarra con los "colores" y sus funciones, en convertir en traidores a personajes que no tienen ningún motivo. A veces, da la sensación de que el protagonista (Darrow) es un poco ingenuo, que pierde el horizonte, que está lleno de dudas y, de pronto, sale de los problemas con soluciones de prestidigitador, pero como uno ha visto muchas veces sacar conejos de la chistera, ya se sabe el truco aunque en vez de un conejo saquen una gallina.
El tercero, "Mañana azul", aunque el autor, en su nota final, nos cuente misa sobre su proceso creativo, es bastante predecible, porque constantemente pasa lo mismo que en los otros libros y el escritor se desprenda de personajes por mero capricho, simplemente porque le estorban y cree que añadiendo nuevos héroes la cosa va a mantener interés o le da un giro a los antiguos traidores y se inventa un solución final sencillamente insostenible.
En definitiva, esta serie es para un público que abre la boca y se traga todo sin meditar, que se deja engañar mirando a los fuegos artificiales que señala el escritor mientras éste hace sus trucos de forma disimulada, que subraya frases con pretensiones de reflexión filosófica dignas de anuncio televisivo (estoy sorprendido por el gran número de subrayados de la obra). Por lo tanto, solo sirve para pasar el rato que no es poco, pero a mí me ha dejado vacío, como si hubiera salido de fiesta y tuviera una enorme resaca, y sin ganas de darle más oportunidades.
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