Estos días he estado viendo la serie "La fundación". Al principio, no estaba mal, pero de forma constante se me iluminaba el instinto arácnido. Había leído hace muchos años (diría que en los ochenta) varios libros en los que se basa esta serie, obviamente, no me acordaba de nada salvo que me gustó mucho y eso entraba en contradicción con las muchas banalidades que aparecen en la serie. Así que, como tengo todos los libros en mi e-book, me puse a leer el primero de ellos.
Mala decisión. Si uno lee los libros, el argumento de la serie empieza a rechinar de forma alarmante porque el único parecido es el nombre de algunos personajes, el resto es adaptación libre (por decirlo de forma suave) de lo relatado por el autor.
En los créditos aparece como asesor un familiar del escritor al que, directamente, habría que desheredar. Por otra parte, los guionistas demuestran un menosprecio supino de la capacidad intelectual de los espectadores y del escritor, porque, una vez leído el libro, es perfectamente adaptable sin perder lo sustancial y su adaptación desvirtúa totalmente el escrito original de Asimov. Transforma en telenovela una obra literaria inteligente, anticipativa (tengan en cuenta que se publicó en 1951) y con un fondo filosófico y literario interesante. En su insistencia, no cesan de hacer el ridículo de forma espantosa deformando personajes, inventandoselos y consiguiendo que el argumento original se transforme en un monstruo contrahecho que resulta repulsivo a base de tanta cirugía estética y es que cuando una operación quirúrgica no da buen resultado a la primera, las reintervenciones son muy difíciles, de resultado incierto y con elevada frecuencia de complicaciones. Por eso, como no les salió suficientemente bien con una temporada, ya llevan tres y cada vez se alejan más en el hiperespacio de la idea original.
Obviamente, si no has leído la novela, la serie es entretenida, con gran despliegue de medios y dentro del maremágnum de escasa calidad que rodea el streaming, podría ser hasta aceptable, pero la comparación con el libro es sonrojante.
Por mi parte, les recomiendo encarecidamente el (los) libro(s), pero si se deciden por ello, mediten bien antes de ponerse con ese bocado amargo que les va a resultar la serie, si esperan obtener de ella algo relevante desde el punto de vista intelectual.
Benigno F.
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