He leído bastantes libros de este autor que no se prodiga demasiado. Su lectura no suele ser fácil, pero siempre sacas conclusiones interesantes. De su última obra no sé que decir. Son dos historias relacionadas, pero los argumentos no están conectados, cada una de ellas protagonizada por un hermano. El conector principal es la relación existente entre ambos, entre sus pasiones y sus desvaríos.
"El pasajero" se inicia como un relato de ciencia ficción, la trama parece muy interesante, pero rápidamente se desconecta con lo que sucede en la acción que resulta un simple pretexto para explorar el interior del protagonista. Intercalados entre los capítulos y escritos en cursiva se introducen las obsesiones, las alucinaciones de la hermana y sus personajes acompañantes, en un entorno que resulta asfixiante y difícil de seguir. El orden de los acontecimientos no está claro, ni tampoco los diálogos y muchos de los personajes. Hay que echarle mucha paciencia para terminarlo. El desarrollo abusa de un lenguaje casi cinematográfico, en el que la visualización de los personajes y su entorno facilita el seguimiento, tal como lo plantea el escritor, es algo difícil seguir el relato debido a la ausencia de las imágenes, pero cuando se pone a escribir bien, para complacer al lector, lo hace de maravilla. Los hilos de la narración quedan casi todos desconectados y el final es sólo un dibujo que se va desvaneciendo en el horizonte. Entre medio muchos datos de física, matemáticas, historia que requieren un esfuerzo adicional o simplemente saltártelos.
Uno inicia la segunda parte ("Stella Maris") esperando que esa conexión se produzca finalmente, lo cual no sucede en absoluto. Nos situamos en un punto anterior a la narración, en un psiquiátrico y en las conversaciones del terapeuta con su paciente. En muchos momentos tienen gran interés de tipo filosófico, en otros momentos resultan tediosas e incluso incomprensibles. Se requiere mucha cultura (de la que carezco) para comprender y uno desea avanzar para ver si sucede algo. Nada, nuevamente todo se diluye sin un final claro. Nuestros personajes quedan suspendidos en el limbo, ni vivos ni muertos, ni enfermos ni curados.
Probablemente requería mucha paciencia y yo no la he encontrado, ni tampoco me he querido esforzar en ello. Ahí lo dejo por si alguien se atreve.
Benigno F.
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