Necesitaba una novela de buena literatura para alternar con las de escritura más ligera que he escogido para empezar el año. La editorial "Libros del Asteroide" raramente falla y el argumento de esta novela me resultaba atractivo.
La novela empieza con vértigo, con frío, azotada por el fuerte viento de la Antártida, sin muchos preámbulos nos vemos en ese gélido ambiente. El escritor está haciendo bien su trabajo, mediante palabras recrea sensaciones, nos teletransporta, salimos de de nuestra agradable habitación para vernos azotados por la ventisca. Se nos pone el alma en vilo para luego cambiarnos de escenario. La aventura ha devenido en sufrimiento, en secuelas y muertos, otra vez nos envuelve la angustia, primero de la familia y luego, poco a poco en la de la afasia del protagonista, intentamos ayudarle en la búsqueda de palabras, comprenderle y de paso averiguar que sucedió durante la tormenta.
El drama de la recuperación, de la negación, del esfuerzo y de la aceptación, todo ello está metido en la historia, con las palabras justas (290 páginas). Una vez más constatamos que no se dice más o se transmite mejor amontonado palabras y que la belleza no siempre necesita abundancia, ni la lágrima fácil, aunque esas gotitas asoman casi sin darnos cuenta en la culminación final, que no es un final sino una imagen fija, una postal que nos queda para recordarnos algo.
En definitiva, una novela preciosa, que no solo nos emociona sino que se aposenta en nuestra memoria, aumenta nuestras sinapsis neuronales y se queda en nuestro baúl de la cultura.
Benigno F.
me la dejas??
ResponderEliminarCoppelia