Ya llevo unos cuantos libros de Manuel Chaves Nogales y no me ha decepcionado en ninguno de ellos. Y eso que ha tocado diversos temas aunque siempre desde la misma perspectiva, la de un observador sereno, inteligente e imparcial, aunque este último detalle no deja al autor en absoluto tranquilo. Él quisiera tener un bando, saber cual es el correcto, el que tiene toda la razón y así poder actuar en consecuencia, finalmente se ve obligado a bajar los brazos derrotado al llegar a la conclusión de que todos están más o menos equivocados y sobre todo obcecados.
Esta recopilación de relatos o de crónicas (ya que la mayoría parecen reales) deja al descubierto las carnes de los contendientes en nuestra Guerra Civil y deja a las claras muchos aspectos todavía no superados. Nos enseñe claramente las partes buenas de las personas y como, por motivos diversos, muchas veces poco justificados, actúan de forma arbitraria, aleatoria, y muchas veces injusta, empujados por las circunstancias.
Su lectura me ha dejado sobrecogido, por momentos aterrorizado, y no sé porqué me sorprendo, ya que esto es lo que vemos a diario, pero da escalofríos cuando personas normales se comportan de forma absurda e instintiva, muchas veces como auténticos animales. Como miembros de una manada, parecida a esas de las que estos días se oye mucho hablar. Una manada que actúa a veces como un rebaño a la voz de su amo o como una jauría, y así todos a la vez matan o se dejan matar.
Esa naturalidad es la que me ha dejado alelado, sin sitio donde esconderme, porque no quiero formar parte de todo esto, no sé si por egoísmo o por equidistancia. Lamentablemente eso está mal visto por todos los lados. Seguro que Chaves Nogales podría perfectamente contarlo.
Un muy buen libro, un gran autor al que no tengo ningún reparo en recomendar por todo lo alto.
Benigno F.
Esta recopilación de relatos o de crónicas (ya que la mayoría parecen reales) deja al descubierto las carnes de los contendientes en nuestra Guerra Civil y deja a las claras muchos aspectos todavía no superados. Nos enseñe claramente las partes buenas de las personas y como, por motivos diversos, muchas veces poco justificados, actúan de forma arbitraria, aleatoria, y muchas veces injusta, empujados por las circunstancias.
Su lectura me ha dejado sobrecogido, por momentos aterrorizado, y no sé porqué me sorprendo, ya que esto es lo que vemos a diario, pero da escalofríos cuando personas normales se comportan de forma absurda e instintiva, muchas veces como auténticos animales. Como miembros de una manada, parecida a esas de las que estos días se oye mucho hablar. Una manada que actúa a veces como un rebaño a la voz de su amo o como una jauría, y así todos a la vez matan o se dejan matar.
Esa naturalidad es la que me ha dejado alelado, sin sitio donde esconderme, porque no quiero formar parte de todo esto, no sé si por egoísmo o por equidistancia. Lamentablemente eso está mal visto por todos los lados. Seguro que Chaves Nogales podría perfectamente contarlo.
Un muy buen libro, un gran autor al que no tengo ningún reparo en recomendar por todo lo alto.
Benigno F.
Sigo a Chaves Nogales. Leo todo lo que voy encontrando de él. Empecé precisamente por éste. Recuerdo el prólogo, que me parecía de una clarividencia pasmosa. Y de total vigencia. Pero no sé si estoy de acuerdo si su pretensión era decantarse por un bando, o, más bien al revés, desear que nadie sintiera necesidad de declararse de un bando.
ResponderEliminarAunque pones a Josh Ritter y ya nada me importa...
Gracias.
No me refería al autor en concreto, sino a qué en general todos quisiéramos tener un bando adecuado o una razón indiscutible y muchas veces resulta frustrante comfirmar que resulta imposible.
EliminarTengo que recuperar a este magnífico escritor, hace tiempo que no le leo, y tengo algunas cosas pendientes de él, "La ciudad" y "La defensa de Madrid". Un hombre que pretendió denunciar los excesos de ambos bandos , rara avis en unos momentos en que la pasión exacerbada se levantó como un inmenso e imparable oleaje.
ResponderEliminarSaludos,
JdG