Esta novela es un clásico, tan clásico como que fue publicada en 1932. Supongo que en esa época los lectores de esta obra entendían perfectamente de que hablaba su autor, notaban la proximidad de la gran depresión, habían visto personas viviendo y sufriendo de esa manera, conocían gentes que no tenían ni dinero, ni educación, ni futuro, que les costaba encontrar algo para comer cada día y que se conformaban con poco más de eso, que incluso eran capaces de cualquier cosa (incluso malvada) solo por ello. Seguramente por eso, esos lectores valoraban extraordinariamente el relato y se regocijaban en ello. Ahora, a muchos les sonará a chino todo eso, la encontraran aburrida, lenta, sin excesiva acción, nada que ver con la literatura actual siempre en busca de la repercusión cinematográfica.
No obstante, es literatura de gran nivel y con gran facilidad de entendimiento. De las palabras usadas por su escritor no sólo se desprenden excelentes diálogos, sino que se destila el frio, el hambre, el ruido de tripas vacías e incluso la desesperación de sus protagonistas que son capaces de aceptar incluso la muerrte como liberación. Nos llevan esas palabras a un constante desasosiego. Todo ello simplemente significa que nos hallamos ante una obra de entidad y que, en su día, fue para todos los públicos. Hoy creo que solo la apreciarán unos pocos, pero ahí sigue inalterable, las palabras no se han movido un ápice desde que fueron segregadas por su autor y así seguirán por los siglos de los siglos, sin deteriorarse, con el mismo significado para los que quieran entender o acercarse, como un enorme monumento. Por lo menos, a mí me permanecerán en la memoria durante bastante tiempo.
No me extraña que sus contemporáneos lo consideraran de los mejores.
Benigno F.
Leí "El camino del tabaco" este año y, a continuación, impresionado, "La parcela de Dios", que me gustó más, si cabe. Literatura de verdad, comprometida, vibrante, dura; un verdadero gustazo.
ResponderEliminarY encima enlazas esa gozada de tema de los hermanos Mulligan, a quienes no conocía y no puedo más que darte las gracias. Si puedo: hacerte una pregunta. No he encontrado el disco en mi proveedor habitual. ¿Podrías compartirlo por WeTransfer? Mi dirección (para esto y para cualquier otra cosa) es: comunsinsentido(arroba)gmail(punto)com
Gracias.