"La única verdad que sé de verdad es que los humanos me acechan"("La ladrona de libros")
Todo el mundo tiene voz, todos tienen derecho a ser escuchados, pero también tienen derecho a callar, a no poner de manifiesto lo que piensan y, por supuesto, a discrepar, abierta o silenciosamente.
Todo eso lo pienso mientras a algún imbécil se le ha ocurrido una nueva proclama televisiva: "Verbaliza tus emociones".
Casi nunca veo ese engendro y mucho menos determinados canales repletos de soflamas y consignas. No les basta con intentar manipular lo que opinas, ahora quieren monopolizar lo que sientes. Insisten en utilizar palabras supuestamente bonitas, en rizar el rizo con los eslóganes, pero a mí no me engañan, los que esto escriben (porque esto lo hace un equipo tras mucho parlotear, analizar gráficas de mercado, deducir tendencias de altos y bajos) no tienen ni idea de qué hablan, sólo saben encadenar palabras sin significado, lo hacen por encargo.
Porque muchas veces los que no hablan suelen ser los más sensibles. Los que son incapaces de explicar esas emociones que, casi siempre, son fenómenos reflejos, sin explicación, reacciones internas que se desencadenan de forma misteriosa al ver una gota de agua, al oir batir las alas de un pájaro o al oir una bonita canción. Los que callan casi siempre son más prudentes que los que todo lo hablan. Son los que son capaces de contener en un dique ese inmenso torrente interior que les arrasa.
Y es que no es necesario decir siempre lo que uno siente, simplemente hay que saber interpretarlo, analizarlo interiormente, conocerse a sí mismo para saber controlarse o desparramarse según proceda a las situaciones. No hay nada que produzca más desasosiego que lo que nos afecta y no sabemos porqué. Algo tan sencillo como cuando los niños están de mal humor simplemente porque les falta alimento, ellos no saben verbalizarlo, pero ahí están las madres para interpretarlo. No os parece que no hay nada más tonto que estar enfadado por no haber tomado un café con leche. Porque no hay nada peor que los afectados de incontinencia emocional.
Sí. Ya sé que hay buenas intenciones detrás de todo ello. Que se trata de decir a los que nos maltratan que no nos gusta que nos peguen. Pero el mensaje es erróneo. No estamos equivocados los callados, sino los que no callan, los que se imponen por palabras, por actos y de hecho, no siempre violentamente. A esos es a los que hay que educar y no precisamente con publicidad en la tele. Ellos sí que precisan más que nadie de ese control emocional.
"Me callo cuando creo que debería mentir para explicar algo"
Benigno F.
Estoy de acuerdo. Me parece muy cierto todo lo que escribisrte en este post. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Conforta saber que Benigno no es el único que está hasta las gónadas de que intenten manipularle.
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