Repito autor en una crítica. ¿Será por algo? Debe pensar algún lector aguzado. Sí. Es por algo. Me iba de viaje y quería un libro para entretenerme y que no fuera muy caro y éste estaba de rebajas. Además el autor es de garantía. En una entrada previa comenté un libro anterior de este autor y con el mismo protagonista "Black and blue". Desde ese libro a éste (no desde la crítica) han pasado quince años, tanto por el autor como por el personaje. El detective John Rebus ha ido creciendo, haciéndose mayor a medida que han pasado los años. Al mismo tiempo el escritor se ha hecho más experto y veterano.
El Señor Rankin (¡Que no Ranking! Como he visto de forma repetida escrito en algún blog de esos con miles de visitas) ya es todo un experto. Yo lo tengo amontonado como uno más de esos escritores con personaje. Para escribir sólo necesitan el esfuerzo (que no es poco) de inventarse la historia, ya disponen de escenario y actores principales. Les pasa como a los guionistas de serie de televisión, los tipos, los escenarios, y el vestuario, todo está perfectamente diseñado y preparado. Eso es bueno, hay unos cuantos escritores de este género que han explotado siempre el mismo personaje y con gran éxito. También es malo, porque los personajes se hacen viejos y pierden capacidad de sorprender y/o interesar al lector.
Los que analizan sus libros dicen que es muy bueno (coincido plenamente...casi). De hecho yo he aceptado su aval y por eso (y porque tenían descuento) me he puesto con ello. Es literatura de entretenimiento, creada por un profesional que vive de ello. Tiene la habilidad de cualquier experto y a fuerza de repetir de forma rutinaria siempre los mismos gestos lo hace casi perfecto, pero se nota que es rutina. Da todos los puntos perfectos, pero le falta entusiasmo y la incertidumbre del éxito.
El detective Rebus ha envejecido desde su nacimiento en 1987, pero sigue con su mismo patrón. Bebe demasiado para una persona que razona de forma tan acertada, averigua las cosas más por pálpito que por inteligencia. Demasiado bar, demasiadas copas, demasiada tolerancia con el alcohol de su entorno y su escritor. De hecho he tenido la sensación de que él mismo empieza a estar un poco harto de su personaje, desde las páginas le está gritando al autor que necesita un descanso o un cambio. Lo veo triste, abocado a un callejón sin salida, con algunos síntomas de riesgo de suicidio. Su escritor debería considerar internarlo en una clínica de rehabilitación o en un psiquiátrico.
La novela se lee bien, engancha, los datos que maneja son acertados. Como es normal en este autor la novela viene con banda sonora. Se agradece el buen gusto musical. El planteamiento y el desarrollo es muy interesante. Decae en la última parte, el final es algo enrevesado, poco creíble. Se acepta porque la ficción lo permite, pero estas novelas, para mí, exigen lógica despiadada hasta en lo más increíble.
Lo mejor: Entretiene, nunca aburre. Ideal para el ocio veraniego. Las referencias musicales. La canción que dejo tiene que ver con la historia y aparece en el argumento.
Lo peor: El agotamiento de un personaje necesitado de descanso.
Puntuación: 7/10
Benigno F.
El Señor Rankin (¡Que no Ranking! Como he visto de forma repetida escrito en algún blog de esos con miles de visitas) ya es todo un experto. Yo lo tengo amontonado como uno más de esos escritores con personaje. Para escribir sólo necesitan el esfuerzo (que no es poco) de inventarse la historia, ya disponen de escenario y actores principales. Les pasa como a los guionistas de serie de televisión, los tipos, los escenarios, y el vestuario, todo está perfectamente diseñado y preparado. Eso es bueno, hay unos cuantos escritores de este género que han explotado siempre el mismo personaje y con gran éxito. También es malo, porque los personajes se hacen viejos y pierden capacidad de sorprender y/o interesar al lector.
Los que analizan sus libros dicen que es muy bueno (coincido plenamente...casi). De hecho yo he aceptado su aval y por eso (y porque tenían descuento) me he puesto con ello. Es literatura de entretenimiento, creada por un profesional que vive de ello. Tiene la habilidad de cualquier experto y a fuerza de repetir de forma rutinaria siempre los mismos gestos lo hace casi perfecto, pero se nota que es rutina. Da todos los puntos perfectos, pero le falta entusiasmo y la incertidumbre del éxito.
El detective Rebus ha envejecido desde su nacimiento en 1987, pero sigue con su mismo patrón. Bebe demasiado para una persona que razona de forma tan acertada, averigua las cosas más por pálpito que por inteligencia. Demasiado bar, demasiadas copas, demasiada tolerancia con el alcohol de su entorno y su escritor. De hecho he tenido la sensación de que él mismo empieza a estar un poco harto de su personaje, desde las páginas le está gritando al autor que necesita un descanso o un cambio. Lo veo triste, abocado a un callejón sin salida, con algunos síntomas de riesgo de suicidio. Su escritor debería considerar internarlo en una clínica de rehabilitación o en un psiquiátrico.
La novela se lee bien, engancha, los datos que maneja son acertados. Como es normal en este autor la novela viene con banda sonora. Se agradece el buen gusto musical. El planteamiento y el desarrollo es muy interesante. Decae en la última parte, el final es algo enrevesado, poco creíble. Se acepta porque la ficción lo permite, pero estas novelas, para mí, exigen lógica despiadada hasta en lo más increíble.
Lo mejor: Entretiene, nunca aburre. Ideal para el ocio veraniego. Las referencias musicales. La canción que dejo tiene que ver con la historia y aparece en el argumento.
Lo peor: El agotamiento de un personaje necesitado de descanso.
Puntuación: 7/10
Benigno F.
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