Tengo un pequeño compañero en casa. Un diminuto dragón se pasea por los cielos de los baños y las losas de la cocina. Cuando lo cazas a cielo descubierto se queda inmóvil en una esquina, casi en el aire o sale huyendo despavorido si pasa rozando los suelos. Quizás son dos diferentes animales, uno con sangre fría para hacerse el disimulado y otro al que le bulle la hemoglobina a temperatura de mamífero o de humano.
Voy a buscar a un herpetólogo experto en reptiles y culebrillas para preguntarle cómo es posible que esos animales sean capaces de permanecer hieráticos y a la vez exhalar fuego destructivo en el momento más inesperado. A cuál de los dos debo tener más miedo, al que me mira de forma gélida a través de su membrana pupilar perpendicular o al que me esquiva corriendo, esperando una mejor ocasión para atacar.
Igual son el mismo que actúa diferente dependiendo de su perspectiva, del horario o del día. Probablemente son tan desconcertantes y volubles como las personas que prometen y no cumplen, que llaman pero no gritan, que quieren pero no desean, que hablan pero no se comunican. Tienen la sangre a diferente temperatura independientemente del clima.
Benigno F.
PD: Hoy hace suficiente calor como para que salgan a la luz dragones y reptiles, se guarezcan hasta la noche las personas más perceptivas y las aves resguarden bajo el ala sensaciones premonitorias de idas y venidas.
Has encontrado al herpetólogo?. Si no lo has hecho y sigues interesado en saber cómo pueden ser capaces de permanecer hieráticos y, a la vez, exhalar fuego destructivo... te aconsejo que viajes por la fauna hospitalaria, y a poder ser de algún amigo que te acompañe de la mano, y no para que no perderte, sino para que el fuego no te queme.
ResponderEliminarNos conocemos Benigno !
... Y me ha sorprendido muy gratamente tu introducción tan mordaz y cierta...
Me gusta que te guste The Blue Nile !
Pues cuando quieras damos ese paseo por la fauna hospitalaria, bien provistos de traje ignífugo, por supuesto. Gracias por el comentario.
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