En alguna lista de "lo mejor de..." recomendaban este libro, le atribuían una maestría inusual dentro del género de "suspense" (yo no le llamaría "novela negra"), alababan al autor por su obra presente y futura. Supongo que no me fijé que este libro forma parte de... (Adivinen ustedes): una Trilogía ¡cómo no! Pese a todo, me puse sin complejos, dispuesto a dejarme envolver con la historia, a seguir de forma obsesiva toda la trama, a leer en paralelo dos historias incrustadas en una única novela, a aceptar que el asesino ya ha muerto en el primer capítulo (probablemente lo más original de la novela), a seguir los capítulos (excesivamente cortos) desde diferentes perspectivas. Todo eso lo acepté al principio sin problemas. Pensé que esta reclusión obligada me iba a hacer devorar la novela y... No. Me ha durado más de una semana. La he encontrado insulsa, sin contenido, nada, pero que nada original, demasiado cinematográfica y encima nos toma por tontos y nos tiene que poner en cada capítulo el personaje desde el que se toma perspectiva, el día y la hora, eso a mí en vez de resultarme cómodo me ha ido progresivamente cabreando, como si el lector no fuera capaz de darse cuenta de cuando y con qué personajes transcurre la acción, su única finalidad es (¡sorpresa!) ahorrarse escribir y describir, ocultando así las enormes carencias de este "entretenedor", no lo voy a calificar de escritor porque esto no es literatura, esto es un bollo de "comida basura" que solo engorda, perjudica a las neuronas y está pensado para ser adictivo. Sube la glucosa en sangre y, tras el pico de insulina, la hipoglucemia obliga a una nueva dosis. Contiene imprecisiones impropias de alguien que se ha informado, la época en la que se desarrolla la historia "principal" es dispareja con la que se nos cuenta en la "secundaria", especialmente teniendo en cuenta las edades de los protagonistas. Sin comentarios sobre el enorme error anatómico que contiene el pasaje: "El cuchillo grande se hundió en su muslo .... - No se mueva. Tiene el cuchillo justo en la arteria ilíaca común, la más grande del sistema circulatorio pulmonar"¡Toma, toma ya! Cojan un momento la Wikipedia y verán que el "muslo", la "arteria ilíaca común" y el "sistema circulatorio pulmonar" son tres cosas diferentes. Si dejamos "muslo" debería ser "arteria femoral" (podría aceptar incluso arteria ilíaca externa) y olvidar los pulmones, que están en el tórax y no en los miembros inferiores. No sé si ha sido "creatividad" del traductor o del autor, pero se ha lucido.
Los personajes carecen en absoluto de "personalidad", por supuesto sale el detective "atormentado" (no podía fallar), la acción es tan rápida que todavía no le da tiempo a darse a la bebida, pero con un poco de paciencia, todo llegará en las próximas entregas en las que, con seguridad, ese tormento será un ingrediente. De hecho su tormento es tan obvio, aunque el autor lo adorna con cierto suspense, con esas llamadas a contestador nada originales, ese apartamento desordenado, esas notas en la cama o el estar apartado de servicio, que se ve venir desde el principio la causa (la de casi siempre). La ciudad donde transcurre es nebulosa y oscura, podría ser Hong Kong, Pernambuco o Calasparra. Obviamente, el autor anunciando continuación ya nos da pistas sobre el final de la obra que es entre flojo y malo. Este individuo (el autor) se ha leído todo lo de Thomas Harris, lo ha salpicado unas gotas de Chandler y nos ha soltado esta novela que es del nivel de las que dan por la televisión tras la sobremesa. Tengan paciencia que pronto llega la película.
Me he puesto a buscar otras opiniones negativas sobre esta novela y: nada, a todo el mundo le gusta, o sea que no hagan caso de la opinión de este loco, de este amargado que clama por las aceras como si fuera borracho o drogado, de este ermitaño en gayumbos obligado por esta interminable cuarentena. Ahí sí que hay una buena historia que, lamentablemente, no tardará en ser contada como epopeya en lugar de tragedia. Se nombrarán héroes, batallas ganadas y se honrará a las víctimas con salvas y banderas. Se subirán todos al carro de la empatía de la eficacia y la experiencia y se quedarán todos los afectados cargando con su "mierda". Una página magnífica de la historia de la humanidad, un nuevo giro que será aprovechado para el consumo, para la lobotomía y muy poco para la sabiduría.
Disfruten ustedes todo lo que puedan y sigan en casa, sin necesidad de todo lo superfluo (como esta novela), de la mayoría de los bienes de consumo rápido y prescindible, salvo la salud, la comida y la inteligencia.
Benigno F.
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