¡Breve! Y la brevedad se agradece por estos pagos. No es la primera vez que leo a este autor y nuevamente me ha gustado. No es el "summum" de la literatura, es cierto, pero por lo menos sabe escribir, emplea las palabras de forma justa y, sobre todo, sabe de lo que habla.
Hay pasajes comunes con muchas obras por el estilo, pero el autor se maneja como pez en el agua en los ambientes judiciales, no precisa en ningún momento del uso de la acción violenta para mantener perfectamente la tensión durante toda la obra y dirige perfectamente toda la orquesta de personajes que ocupan, en su justa medida, toda la novela.
Sin lugar a dudas, un digestivo excelente después del empacho de mi anterior lectura. No sólo presenta un caso interesante, incluso misterioso, sino que aprovecha para hacer meditar al lector sobre los vericuetos de las leyes, sobre los actos de las personas que, muchas veces parecen justos o justicieros y como cambian cuando se analizan pasado el tiempo.
Me parece que estamos ante un escritor sin pretensiones elevadas, que no escribe pensando en sus emolumentos ni contratos, solo lo hace porque quiere, en esa sencillez radica su maestría. Se le agradece.
Benigno F.
Hay pasajes comunes con muchas obras por el estilo, pero el autor se maneja como pez en el agua en los ambientes judiciales, no precisa en ningún momento del uso de la acción violenta para mantener perfectamente la tensión durante toda la obra y dirige perfectamente toda la orquesta de personajes que ocupan, en su justa medida, toda la novela.
Sin lugar a dudas, un digestivo excelente después del empacho de mi anterior lectura. No sólo presenta un caso interesante, incluso misterioso, sino que aprovecha para hacer meditar al lector sobre los vericuetos de las leyes, sobre los actos de las personas que, muchas veces parecen justos o justicieros y como cambian cuando se analizan pasado el tiempo.
Me parece que estamos ante un escritor sin pretensiones elevadas, que no escribe pensando en sus emolumentos ni contratos, solo lo hace porque quiere, en esa sencillez radica su maestría. Se le agradece.
Benigno F.
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