Quien piense que este libro es una novela o una colección de relatos está equivocado. El que crea que es una sucesión de casos clínicos con detalles bibliográficos sólo para expertos también. Pero es ambas cosas a la vez pero ninguna de ellas en exceso. Así, los que buscan historias extraordinarias o sorprendentes y a la vez emocionantes quedarán conformes, y los apasionados por la ciencia, sus razonamientos y por los cuadros clínicos inusuales también.
Por lo tanto, no lo podemos considerar una novela, incluso tengo dudas de que esto de verdad sea literatura, incluso diría que no fue esa en absoluto la intención del brillante neurólogo e interesante persona al escribirlo.
Más que un libro parece un documental, de extraordinaria calidad (por supuesto), con todos los datos perfectamente recopilados, a veces un poco aburrido, abusando en exceso de la notas a pie de página que a veces hacen perder el hilo argumental, igual demasiado contaminado por lo científico e incluso lo académico. Para el lector de a pie al principio puede costar. Para el lector con conocimiento de causa puede resultar algo teatral.
Yo, como soy una mezcla de ambos, he pasado ratos excelentes y lo he disfrutado. También he encontrado algunos errores (quizás de la traducción), como denominar a la "glándula hipófisis" como "pituitaria" o insistir varias veces en que el "diencéfalo" es un sinónimo del "cerebro anterior" (este diría que es del propio autor), sin tener en cuenta que el cerebro anterior comprende tanto el teléncéfalo como el diencéfalo.
Al mismo tiempo es una buena compilación de historia de la Neurología, aportando casos famosos y sus diversas interpretaciones. Alguien en la Universidad podría considerar su uso para estudiar las neurociencias.
Los casos presentados sorprenden al público profano, aportan información científica, desmitifican posesiones demoníacas, prejuicios y mitos. Al mismo tiempo proporcionan ternura y comprensión hacia las personas que sufren alteraciones de la normalidad (no me atrevería a calificar a alguno de ellos con enfermos), los pone con el pie en tierra y los hace cercanos, apacigua temores y precauciones. El autor demuestra que es un gran comunicador, seguramente fue un excelente conversador y casi seguro un clínico abnegado. Toda mi admiración para él y su legado.
Benigno F.
Por lo tanto, no lo podemos considerar una novela, incluso tengo dudas de que esto de verdad sea literatura, incluso diría que no fue esa en absoluto la intención del brillante neurólogo e interesante persona al escribirlo.
Más que un libro parece un documental, de extraordinaria calidad (por supuesto), con todos los datos perfectamente recopilados, a veces un poco aburrido, abusando en exceso de la notas a pie de página que a veces hacen perder el hilo argumental, igual demasiado contaminado por lo científico e incluso lo académico. Para el lector de a pie al principio puede costar. Para el lector con conocimiento de causa puede resultar algo teatral.
Yo, como soy una mezcla de ambos, he pasado ratos excelentes y lo he disfrutado. También he encontrado algunos errores (quizás de la traducción), como denominar a la "glándula hipófisis" como "pituitaria" o insistir varias veces en que el "diencéfalo" es un sinónimo del "cerebro anterior" (este diría que es del propio autor), sin tener en cuenta que el cerebro anterior comprende tanto el teléncéfalo como el diencéfalo.
Al mismo tiempo es una buena compilación de historia de la Neurología, aportando casos famosos y sus diversas interpretaciones. Alguien en la Universidad podría considerar su uso para estudiar las neurociencias.
Los casos presentados sorprenden al público profano, aportan información científica, desmitifican posesiones demoníacas, prejuicios y mitos. Al mismo tiempo proporcionan ternura y comprensión hacia las personas que sufren alteraciones de la normalidad (no me atrevería a calificar a alguno de ellos con enfermos), los pone con el pie en tierra y los hace cercanos, apacigua temores y precauciones. El autor demuestra que es un gran comunicador, seguramente fue un excelente conversador y casi seguro un clínico abnegado. Toda mi admiración para él y su legado.
Benigno F.
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