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El postcatolicismo y la injusticia comparada


Decía Gilbert Keith Chesterton que: "Lo malo de que los hombres hayan dejado de creer en Dios no es que ya no crean en nada, sino que están dispuestos a creer en todo."

Y yo añado que como hemos olvidado lo que es un profeta y un mesías, nos creemos que tiene razón todo lo que opina cualquiera, sobre todo de temas "sensibles" y por eso no sabemos como identificar a los demagogos y mesiánicos y no conocemos lo que es una auténtica (y falsa) prédica.

¿Y esto a qué viene? Simplemente a que estoy sobrecogido por todas las preciosas palabras y estupendísimas opiniones de gentes conocidas y desconocidas que predican con brío sobre las desgracias ajenas y la culpa grandísima de nuestra sociedad moderna (por supuesto los más culpables son los americanos, los alemanes y bastante menos los franceses) y que lo hacen tranquilamente sentados frente a un ordenador (como estoy haciendo yo mismo ahora), perfectamente desayunados, con la calle tranquila y un fiel cánido al lado. Criticando sobre el petróleo, el coltan, los diamantes y todos esos enormes bienes, que esos gobiernos y los magnates han robado y expoliado.

Pero no son más que eso, bonitas letras encadenadas, discusos para la galería, preparados concienzudamente (no necesitan ni asesores de lo obvios que son) para obtener "likes" en las redes sociales, para ser difundidas de forma viral, y así nos quedamos todos satisfechos tan ufanos parece que hemos hecho algo, aunque sólo sea pulsar ese botón que dice "Me gusta" o "Compartir". En el fondo solo sirven para engordar artificialmente el prestigio del que escribe o calmar la conciencia del que comparte.

He ido a buscar a Eutiquio a su cabaña del bosque para preguntarle. Le he enseñado el texto de una conocida y popular política municipal que aparenta un gran ejercicio de solidaridad, llenándose la boca ofreciendo su (nuestra) ciudad como refugio y, que a muchos ha emocionado. Y me ha hablado del postcatolicismo que es la religión actual de todos los papanatas, que no ven la cruz detrás del que predica, y que se tragan por completo la hostia (¡Con perdón) y que sienten estremecimientos al leer u oír magníficas palabras y calman su ansia apretando un botón para poder seguir de espaldas. Y me ha dicho que: "Es muy fácil prometer hacer todo y seguir viviendo, cuando no se puede hacer nada" y "La injusticia es un hecho único e individual que no puede ser comparada." Ha vuelto a la posición del loto y al cerrar los ojos ha dicho: "Callar y trabajar, deshacerse de la trascendentalidad".

Benigno F. 

"Hasta donde hemos perdido la creencia, hemos perdido la razón. Ambos tienen la misma condición autoritaria y primaria. Ambas constituyen métodos de prueba que, a su vez, no admiten ser probados. Y en el acto de aniquilar la idea de la autoridad divina, damos al traste con aquella autoridad humana de que no podemos dispensarnos ni aún para decir que dos y dos son cuatro."
G.K. Chesterton

PD: Con todo lo que me había reído yo de todos aquellos pazguatos que se creían a pies juntillas a Jesús Gil. Y es que los votos, como el amor, son ciegos. Creo que voy a escribir discursos... Igual hago algo.


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