A Eutiquio lo han vuelto a engañar y lo han llevado a ver una película. Le dijeron que era de un director gallego y que estaba seleccionada para los Oscar y a él todo lo gallego le puede, es acérrimo del Celta y allá que se fue con su camiseta del centenario manchada de empanada.
El problema es que le preguntaron su opinión y él que no tiene ni idea de cine, ni de arte, ni de literatura, ni de política y que solo es capaz de exhibir su gallegiusmo, tras casi dos horas de dar vueltas sin sentido por el desierto, bostezando y añorando los bosques de Lugo y los acantilados de la "costa da morte", solo acertó a balbucear: "Este tipo non é galego".
Le han dicho que se trata del director de la muy alabada "O que arde" (con la que el que suscribe se echó una siesta memorable) y ha dicho que: "Un galego no vai a o deserto senón é para mercar. Un galego de verdade fai unha película sobre A Santa Compaña en San Andrés de Teixido".
Y no había quien lo sacara de ahí. Había entrado en mutismo absoluto, absorto, con la mirada perdida y los ojos brillantes, sentado en su puesto frente a la puerta del supermercado, intentando recaudar suficiente dinero para el billete de autobús hasta la aldea y retirarse allí a meditar y filosofar sobre la nada.
Lo he visto tan trastornado que he buscado información y descubierto que el director nació en París y estudió en Barcelona. Se lo he cuchicheado al oído y se la ha iluminado el rostro y ha exclamado: "Xa o dixen eu". Se ha subido en su púlpito eufórico y, mientras entraba y salía numeroso público del Mercadona, ha declamado lo siguiente:
"Nada. Porque la nada es el argumento de la película, que con la excusa tramposa de la búsqueda, lleva al espectador a más de una hora aspirando polvo del desierto hacia ningún sitio y, como no pasa nada, el guionista (que sabe que el espectador está bostezando, dormido o tosiendo desesperado) decide darle un giro violento, incluso cruel. Primero toca suavemente la fibra animalista, luego la pediátrica y finalmente hay fuegos artificiales que afectan a amputados y lisiados físicos y mentales. Hace creer que va a pasar algo, pero en realidad no pasa nada. Solo hay pérdida absurda, una búsqueda poco creíble desde el inicio y tambores obsesivos y mareantes.
Porque un pai é ante todo pai, e fai calquera cousa polo seus fillos e non os leva ao deserto (nin a o can) nunha furgoneta de merda e non segue a esfarrapados, o protexe e non o deixa nin morto abandonado. Mesmo se está buscando unha filla, vai só e ben preparado."
He leído y escuchado comentarios y críticas sobre la película y el que me parece más acertado es el de Alberto Olmos: "Vivir al margen, no tener nada que decir y morir como un idiota". Los que la alaban dicen tonterías del calibre: "Hay un paralelismo con "La carretera" de McCarthy"; "Tiene algo de "Centauros del desierto" de John Ford" o empiezan su crítica mencionando a Beckett y diciendo no sé qué de "Mad Lax" y se empecinan en un cherry picking cultural para que al vulgo no se le ocurra discrepar, porque no tiene estudios y no entiende de cine (como ellos) y evitar que diga, simple y llanamente, como apostilló Eutiquio en su soliloquio: "Isto é unha bosteira, tes que ter coidado de non pisala".
Creo que tiene razón, cuando algo es una mezcla tan heterogénea de ingredientes sólo puede ser un bocadillo de "acetate" que solo pretende que tragues inmundicia y encima sonrías satisfecho mientras se ganan unos dineros.
Benigno Fontes
PD: Le he puesto a Eutiquio esta canción de cuna para tranquilizarlo y ha exclamado : "Este anuncio ten cen veces máis verdade galega que un minuto da película".
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