Hace unos veinticinco años empecé esta colección de "Novela Histórica", la empecé pero nunca llegué a terminarla. La letra era demasiado pequeña, algunos libros los veía muy "tochos", otros ya los tenía (y los había leído), diaría que me leí sólo uno.
No hace mucho leí sobre este emperador romano y me entró la curiosidad, encontré excelentes referencias sobre este escritor y esta obra, y me decidí a dejar el libro apartado para leerlo. Me ha costado unos meses porque la letra tan pequeña en páginas con escasos márgenes me producía sarpullido.
Un buen día empecé a leerlo y me quedé enganchado. Estamos ante una obra excelente de un escritor muy bueno, o por lo menos muy buen profesional. El autor se molestó en documentarse y fruto de ello es un libro con una construcción casi perfecta, pocas aristas le salen, los personajes están en su sitio, no hay incoherencias, la historia parece verídica (no me importa si no lo es) y, lo que es mejor, engancha a lector que en todo momento cree estar leyendo unas memorias del emperador con las anotaciones de Prisco y Libanio dándole el contrapunto de los filósofos, maestros y amigos del romano.
El libro es de esos que demuestra claramente que se puede hacer literatura de calidad, entretener y enseñar, porque también enseña historia e incluso induce a meditar sobre la vida, la religión y la condición humana. Aunque la historia se ha narrado en el siglo XX y los hechos acaecen en el siglo IV, no han cambiado muchas cosas pese al paso de los años, siguen vigentes muchas incógnitas que todavía acucian al ser humano, aunque muchos no piensen en ellas y nuestra sociedad las tenga como aparte, como hacemos con frecuencia con lo que no comprendemos, sencillamente lo apartamos.
He acabado tan satisfecho que tengo por casa sin leer varios de la misma colección e incluso "Creación" del mismo autor, así que es muy probable que en poco tiempo vuelva con él o con la literatura histórica.
Benigno F.
No hace mucho leí sobre este emperador romano y me entró la curiosidad, encontré excelentes referencias sobre este escritor y esta obra, y me decidí a dejar el libro apartado para leerlo. Me ha costado unos meses porque la letra tan pequeña en páginas con escasos márgenes me producía sarpullido.
Un buen día empecé a leerlo y me quedé enganchado. Estamos ante una obra excelente de un escritor muy bueno, o por lo menos muy buen profesional. El autor se molestó en documentarse y fruto de ello es un libro con una construcción casi perfecta, pocas aristas le salen, los personajes están en su sitio, no hay incoherencias, la historia parece verídica (no me importa si no lo es) y, lo que es mejor, engancha a lector que en todo momento cree estar leyendo unas memorias del emperador con las anotaciones de Prisco y Libanio dándole el contrapunto de los filósofos, maestros y amigos del romano.
El libro es de esos que demuestra claramente que se puede hacer literatura de calidad, entretener y enseñar, porque también enseña historia e incluso induce a meditar sobre la vida, la religión y la condición humana. Aunque la historia se ha narrado en el siglo XX y los hechos acaecen en el siglo IV, no han cambiado muchas cosas pese al paso de los años, siguen vigentes muchas incógnitas que todavía acucian al ser humano, aunque muchos no piensen en ellas y nuestra sociedad las tenga como aparte, como hacemos con frecuencia con lo que no comprendemos, sencillamente lo apartamos.
He acabado tan satisfecho que tengo por casa sin leer varios de la misma colección e incluso "Creación" del mismo autor, así que es muy probable que en poco tiempo vuelva con él o con la literatura histórica.
Benigno F.
Leí este "Juliano el Apóstata" hace muchos años en la colección Narrativas de Edhasa. Recuerdo (?) que me dejó muy grata impresión, tanto por el personaje (del que me hice admirador por su defensa contra el monoteísmo) como por la descripción del tiempo de la Roma del último Imperio. Soy, ya por edad, de los que deben empezar a releer para sacarle todo el jugo a los autores, y a sus mejores obras, y este texto del escritor americano debe ser uno de los candidatos para esa noble tarea.
ResponderEliminarSaludos,
JdG