No tenía ni idea de quien era este escritor hasta que me regalaron este libro. Como el propio título indica, es una novela de espías, pero no una cualquiera, porque está escrita en 1938, cuando este género literario apenas era relevante.
La historia no puede ser más habitual dentro del género, la hemos visto en innumerables películas, una persona, que nada tiene que ver con el espionaje, se ve arrastrada por las circunstancias, se ve obligado a arriesgar. La peculiaridad es que nuestro personaje principal no es precisamente de los más listos y se comporta con frecuencia de forma poco acertada, no tiene nada de héroe, ni es valiente, ni fuerte, nada le importa salvo asegurar el propio pellejo, su trabajo y su futuro. Es un pobre apátrida que intenta defender un puesto de miserable profesor de idiomas.
El autor conduce la historia con gran maestría, con habilidad de guionista cinematográfico, no da ni una pista al lector, lo conduce de forma dócil por los corrales hasta la resolución final y acaba sucumbiendo al plan que estaba previamente trazado.
La construcción de la narración y la solidez de los personajes son notables. La presentación del libro por parte de "Navona Ficciones" está a la altura: buena calidad de papel, buena portada, tamaño necesario de letra. Todo ello perfectamente preparado para atrapar a los lectores viciados y fetichistas (como es mi caso), a los que el olor a buen papel y tinta les vuelve dóciles y mansos. Reconozco que he seguido humillado la muleta literaria de este escritor sin dar un sólo cabezazo.
Seguramente no es una obra maestra de la literatura, pero le da sopas con honda a la mayor parte de los "best sellers" actuales, especialmente porque en ella crece una virtud poco habitual hoy en día: la credibilidad.
Pasan los años y cada vez le doy más razón a mi padre.
Benigno F.
La historia no puede ser más habitual dentro del género, la hemos visto en innumerables películas, una persona, que nada tiene que ver con el espionaje, se ve arrastrada por las circunstancias, se ve obligado a arriesgar. La peculiaridad es que nuestro personaje principal no es precisamente de los más listos y se comporta con frecuencia de forma poco acertada, no tiene nada de héroe, ni es valiente, ni fuerte, nada le importa salvo asegurar el propio pellejo, su trabajo y su futuro. Es un pobre apátrida que intenta defender un puesto de miserable profesor de idiomas.
El autor conduce la historia con gran maestría, con habilidad de guionista cinematográfico, no da ni una pista al lector, lo conduce de forma dócil por los corrales hasta la resolución final y acaba sucumbiendo al plan que estaba previamente trazado.
La construcción de la narración y la solidez de los personajes son notables. La presentación del libro por parte de "Navona Ficciones" está a la altura: buena calidad de papel, buena portada, tamaño necesario de letra. Todo ello perfectamente preparado para atrapar a los lectores viciados y fetichistas (como es mi caso), a los que el olor a buen papel y tinta les vuelve dóciles y mansos. Reconozco que he seguido humillado la muleta literaria de este escritor sin dar un sólo cabezazo.
Seguramente no es una obra maestra de la literatura, pero le da sopas con honda a la mayor parte de los "best sellers" actuales, especialmente porque en ella crece una virtud poco habitual hoy en día: la credibilidad.
Pasan los años y cada vez le doy más razón a mi padre.
Benigno F.
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