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Mostrando entradas de enero, 2014

Once maneras de sentirse solo - Richard Yates

Me interesé en este libro por su título. Encaja perfectamente conmigo, hay multitud de formas de soledad, yo ejerzo muchas de ellas, de hecho, casi todos estamos solos aunque estemos acompañados. La compañía no impide la soledad. Es un sentimiento interno arcaico, enraizado en lo más profundo. Nuestra soledad comienza en el claustro materno, puede dar miedo, pero se calma con el calor, con los latidos rojizos de las arterias maternas, con los sonidos cardíacos que retumban, seguramente por eso gustan tanto los ritmos de algunas músicas, dan sensación protectora, liberan del desasosiego. Cada cual vive esos momentos de forma diferente, algunos (como yo) se regocijan en ello, incluso hasta se sienten felices en ese destierro, porque la soledad siempre es ostracismo, desarraigo, desapego. Pero también oportunidad de explorar, de buscar, de ilusionarse vanamente con algo nuevo. Algunos escritores han loado al autor de estos cuentos, refieren haber recibido influencia

Polvo en los labios - Montero Glez

Este es un autor minoritario. El libro llevaba buscándolo desde el verano y no había manera de encontrarlo. Ha aparecido en un rincón de un librero poco nombrado, amagado de la vista del público ordinario, de aquellos que no se agachan a rebuscar entre los estantes y recogen directamente sus lecturas de las mesas de lo más vendido. "¿Y por qué te ha interesado, Benigno?" Por tres detalles poco importantes: Primero, el nombre del autor, que no se sabe si es nombre propio o utiliza un apellido abreviado. Me picó la curiosidad de sus problemas de identidad, del disgusto que debe llevar alguno de sus progenitores por no utilizar de forma abierta la heráldica heredada en las letras. En segundo lugar el título ("Polvo en los labios")  me hizo pensar en labios resecos tras atravesar el desierto, en necesidad de agua y de besos, humedades todas imprescindibles para ir tirando, en referencias cruzadas con canciones y apellidos. Finalmente, y mucho más importante, e

Cabalgatas de regalos y cuchillos de doble filo

"Pensar en exceso suele aumentar la incertidumbre" Se está preparando la llegada de los Reyes Magos, esos sujetos míticos que nos visitan una vez al año. Y se montan trenecitos de barrio para que se suban los niños, y cobertizos sobre los que se refugian los pajes, incluso buzones donde depositar las cartas que luego son puntualmente recogidas por los empleados de Correos y, en un magnífico detalle, son contestadas sistemáticamente a los remitentes. Para mí un hecho emocionante y no suficientemente nombrado. Y los padres llevan a sus hijos a esos ferrocarriles sin raíles y se encuentran con una cola kilométrica y se les pone cara de croissant revenido y los niños esperan con cara de resignados o saltando y gritando. Los varones aguantan lo más estoicamente que pueden el envite, las madres sonríen teatralmente como si lo que fuera a acontecer fuera cierto e irrepetible, algunas sobreactúan de forma evidente. Mientras, a los pajes se les ven los tejanos bajo las capas, o