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Mostrando entradas de diciembre, 2013

Doctor Sueño - Stephen KIng

¿Y qué hago yo leyendo esto? Debería preguntarse algún presunto lector habitual de mis críticas. Pues que mi proveedor habitual me lo ha regalado y yo leo hasta las etiquetas de las latas de conserva y no voy a estar siempre leyendo literatura sesuda y trascendente. Al escritor hace años que lo tenía vetado. Había leído y comprado mucho de él, como mínimo quince libros, entre ellos, por supuesto, "El resplandor". Éste lo leí con edad pre-adolescente, antes de disfrutar la película de Kubrick y me dejó francamente impresionado. Lo importante en cualquier manifestación artística es hacer sentir algo y está claro que King en aquella obra lo conseguía de forma sobrada, te dejaba aterrorizado. El máximo atractivo de este libro es que sin ser estrictamente una continuación de "El resplandor", retoma sus personajes, les da un futuro, convierte al niño en adulto y le vuelve a meter en lios por culpa de sus capacidades extrasensoriales. En definitiva, te vuelve a eriz

Carteles y tradiciones navideñas.

"No siempre digo lo que pienso pero casi siempre pienso lo que digo." Cotillón . ( Del fr. cotillon , aum. de cotte). 1. m. Fiesta y baile que se celebra en un día señalado como el de fin de año o Reyes. 2. m. Danza con figuras, y generalmente en compás de vals, que solía ejecutarse al fin de los bailes de sociedad. 3. m. Baile de sociedad en que al final se ejecutaba tal danza. Estos días de fiesta me gusta salir de los primeros a la calle. Suele estar casi vacía y caminar cuando rompe el día es extremadamente agradable. Hoy casi no había nadie. Normal, es Navidad y ésta fiesta nadie madruga salvo yo y los dueños de perros que, puntual y obligatoriamente, los sacan, más que de paseo, a vaciar la vejiga y los productos intestinales. Ese vaciado peristáltico programado al que les hemos acostumbrado los humanos educando sus reflejos y condicionándolos.  Así, caminando sin rumbo, sin poder entretenerme en curiosear a personas, como no puedo est

Días que cortan con filos de papel

Al alba el día parece interminable y sin darse cuenta se aflige, se vuelve infiel llegando el mediodía. La tarde apenas dura lo que una mirada de amante, luego la oscuridad se instaura perezosa y traidora, pero profunda, abisal e inevitable. y se cierran los ojos esperando otra vez esa larga mañana . Los niños no tienen prisa por despertarse a ellos se les hace largo el día. Se duermen tranquilos sin preocuparse porque los minutos se agotan sólo en los relojes más maduros. Benigno F.

Oryx y Crake. Margaret Atwood.

Esta autora viene con unas excelentes credenciales. Su carta de recomendación está firmada por un buen entendedor en lo literario, uno como yo, que no se deja engañar con facilidad. La historia nos presenta un mundo postapocaliptico, aunque el relato es un constante ir y venir, una serie de flashbacks que nos retrotraen al pasado para situarnos en el presente mientras éste avanza lentamente. Está claro desde el inicio que sólo se deshará el nudo en el último momento. Ambos tiempos de escena corresponden a mundos futuros inventados, no sabría decir cual de ellos es peor. Miento, está claro que el que precede al colapso es horroroso, injusto, absurdo, lleno por personajes sin sentido vital ni espiritual, abocado de forma descarada al desastre final... Demasiado parecido a nuestro mundo real. La autora nos hace reflexionar sobre l o que puede suceder si dejamos hacer a una ciencia que resulta no ser perfecta, si convertimos a sus hacedores en los directores del

American Gods - Neil Gaiman

Un superventas, un escritor polivalente: literatura infantil, cómic, novela fantástica. Una novela premiada hasta tres veces. Ideal para destripar, pensé, seguro que le encuentro defectos, igual no sabe escribir, seguro que los premios se los han regalado... Un buen editor, un representante hábil, el tema escogido con cuidado. Y yo sin ganas de pensar mucho, con muchas ganas de evadirme. Me pongo con ello con ahínco. Así de entrada me reconcilia con el estilo fantástico después del fracaso con Mieville (¡Huy que susto! Sólo mencionarlo me vuelve el asco). El planteamiento es perfecto de inicio, el nombre del protagonista (Sombra) ideal, los juegos con las fechas, días y nombres de dioses excelentemente conjugados. Añádele una banda sonora, algunas frases lapidarias, y unas pizcas de literatura de carretera y ya vas lanzado, apetece devorarlo. La intensidad va subiendo hasta más allá de la mitad del libro, pero a medida que se acerca el desenlace abundan los tópicos,