Yo en realidad buscaba otro libro de este autor que me motivaba mucho más por el título: "El último buen beso", pero como el protagonista es el mismo (el detective CW Sughrue) y el autor tiene cierta fama, me conformé con éste y así me han ido las cosas.
Lo he leído aprisa y corriendo, la mayor parte del tiempo deseando acabarlo para saber de una puñetera vez cual era el final y, ya se sabe, con esas malas formas de leer uno acaba siempre decepcionado. Es como vestirse elegante deprisa, siempre te queda alguna prenda torcida o mal abrochada y se suele notar.
Sinceramente, una obra poco más que para pasar el rato y sólo aceptablemente bien. Igual es la traducción, pero el libro me ha parecido totalmente deslavazado, en algunas fases poco comprensible. El libro tiene ritmo como muchas canciones que las multitudes bailan como pollos sin cabeza, aquí lo que pasa es que acabas como un pato mareado (que no mexicano). Eso sí, alcohol y drogas por doquier, como si no se pudiera estar sobrio para ir por ahí disparando sin ton ni son. El autor debió pensar que con esos ingredientes y unos cuantos personajes estrafalarios ya iba apañado, pero eso hay que rellenarlo con algo más (debió pensar), así que le embutió un buen montón de violencia gratuita de tal tamaño que a menudo uno no entiende a quién le están disparando, porque a veces parecen amigos y son enemigos y otras al contrario. Agítese bien y con suerte sabe a algo fuerte y como quema las fauces todo el mundo a hacerse el macho y decir que sabe estupendo..... ¡Pues no! Porque cuando tomas un orujo bueno ya no hay quien te cuele el de garrafón y éste es claramente de garrafa.
Podría haberlo dejado a mitad, pero me ha podido la curiosidad. Simple y puro entretenimiento diseñado para la nutrición del autor o para pagar sus deudas a final de mes con la nómina. No niego que eso sea lícito, pero también es lícita mi costumbre de exigir algo más. Creo que ya no lo intento ni con el otro del título sugerente.
Benigno F.
Lo he leído aprisa y corriendo, la mayor parte del tiempo deseando acabarlo para saber de una puñetera vez cual era el final y, ya se sabe, con esas malas formas de leer uno acaba siempre decepcionado. Es como vestirse elegante deprisa, siempre te queda alguna prenda torcida o mal abrochada y se suele notar.
Sinceramente, una obra poco más que para pasar el rato y sólo aceptablemente bien. Igual es la traducción, pero el libro me ha parecido totalmente deslavazado, en algunas fases poco comprensible. El libro tiene ritmo como muchas canciones que las multitudes bailan como pollos sin cabeza, aquí lo que pasa es que acabas como un pato mareado (que no mexicano). Eso sí, alcohol y drogas por doquier, como si no se pudiera estar sobrio para ir por ahí disparando sin ton ni son. El autor debió pensar que con esos ingredientes y unos cuantos personajes estrafalarios ya iba apañado, pero eso hay que rellenarlo con algo más (debió pensar), así que le embutió un buen montón de violencia gratuita de tal tamaño que a menudo uno no entiende a quién le están disparando, porque a veces parecen amigos y son enemigos y otras al contrario. Agítese bien y con suerte sabe a algo fuerte y como quema las fauces todo el mundo a hacerse el macho y decir que sabe estupendo..... ¡Pues no! Porque cuando tomas un orujo bueno ya no hay quien te cuele el de garrafón y éste es claramente de garrafa.
Podría haberlo dejado a mitad, pero me ha podido la curiosidad. Simple y puro entretenimiento diseñado para la nutrición del autor o para pagar sus deudas a final de mes con la nómina. No niego que eso sea lícito, pero también es lícita mi costumbre de exigir algo más. Creo que ya no lo intento ni con el otro del título sugerente.
Benigno F.
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