Ahí llevaba en la estantería varios años, reclamando atención con su lomo plateado. Reivindicando lectura y volver a su amo. Al final lo ha conseguido y volverá de forma merecida a las manos de su dueño que insistió en dejármelo un poco disgustado porque no le gustó mi opinión sobre "Oryx y Crake".
Aquí nos situamos en la época inmediatamente anterior a la acción de esa anterior novela (eso a lo que hoy llaman una "precuela"). La autora retrata un mundo futuro incómodamente verosímil, algo que podría estar ocurriendo tranquilamente en un mundo paralelo, incluso aquí al lado. Convierte su obra en una incisiva crítica a nuestra forma de vida mostrándola deformada y exagerada en sus defectos, incluso con sarcasmo, pero tan poco que parece casi real.
En esta novela Atwood me ha convencido de verdad, me ha endilgado sus seiscientas páginas sin haberme ni enterado. Por lo tanto, me ha entretenido, me ha tenido cosido a sus palabras constantemente y además me ha hecho pensar, incluso replantearme algunas cosas, verlas de otra manera, comprender mejor a algunos críticos que a veces me parecen exagerados.
El libro va y viene desde varias perspectivas, sitúa alejados a sus protagonistas, enlazados en sus recuerdos, angustiados en su soledad, esperando esa convergencia como la de los enamorados que al final se encuentran, siempre con la duda de si seguir vivo vale la pena, con un atisbo de esperanza que a los que hemos leído la segunda parte sabemos que es vana porque el ser humano no parece que vaya a mejorar.
La trama es firme, bien construida, sin apenas fisuras, perfectamente conectada con la anterior historia. Ha conseguido que mi visión sobre aquella otra novela sea menos severa.Vale la pena leerla.
Benigno F.
Aquí nos situamos en la época inmediatamente anterior a la acción de esa anterior novela (eso a lo que hoy llaman una "precuela"). La autora retrata un mundo futuro incómodamente verosímil, algo que podría estar ocurriendo tranquilamente en un mundo paralelo, incluso aquí al lado. Convierte su obra en una incisiva crítica a nuestra forma de vida mostrándola deformada y exagerada en sus defectos, incluso con sarcasmo, pero tan poco que parece casi real.
En esta novela Atwood me ha convencido de verdad, me ha endilgado sus seiscientas páginas sin haberme ni enterado. Por lo tanto, me ha entretenido, me ha tenido cosido a sus palabras constantemente y además me ha hecho pensar, incluso replantearme algunas cosas, verlas de otra manera, comprender mejor a algunos críticos que a veces me parecen exagerados.
El libro va y viene desde varias perspectivas, sitúa alejados a sus protagonistas, enlazados en sus recuerdos, angustiados en su soledad, esperando esa convergencia como la de los enamorados que al final se encuentran, siempre con la duda de si seguir vivo vale la pena, con un atisbo de esperanza que a los que hemos leído la segunda parte sabemos que es vana porque el ser humano no parece que vaya a mejorar.
La trama es firme, bien construida, sin apenas fisuras, perfectamente conectada con la anterior historia. Ha conseguido que mi visión sobre aquella otra novela sea menos severa.Vale la pena leerla.
Benigno F.
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