Uno se queda un poco sorprendido de la poca trascendencia de este escritor y de esta novela que ha tenido que esperar a su adaptación televisiva hasta ser conocida. Porque Walter Tevis lleva cuarenta años muerto y tiene una obra corta en número, pero enorme en cuanto a calidad.
Ya lo hemos podido comprobar en la adaptación cinematográfica de "El Buscavidas" o "El color del dinero". Seguramente ese éxito de masas lo hizo pasar desapercibido como escritor y sólo ahora, con la perspectiva del tiempo han tomado relevancia sus escritos.
Una novela sobre ajedrez y con mucho del juego, podría ser perfectamente aburrida para los que no tenemos mucho dominio de este juego e incluso nos importa un bledo, es más, nos parece algo sobrevalorado. Pero resulta que no es así, la novela resulta apasionante y en realidad no pasa nada relevante, solo una niña desgraciada que se apasiona por algo y se empeña en dominarlo. Esa pasión es la que consigue trasladar al lector y de una frialdad absoluta por el juego, acaba pidiendo piezas, tablero y bibliografía sobre los escaques.
Estoy seguro que muchos estaban más pendientes de que el autor profundizara en la vida desgraciada de la joven jugadora y que todos los detalles del juego les habrán aburrido, incluso habrán considerado lenta la acción, no se lo critico, pero los escritores no tienen porque escribir como desean los lectores y el ejercicio descriptivo de las partidas, ambientes y sensaciones son extraordinarios.
El final es, por supuesto, de séptimo arte, apto para todos aquellos débiles de corazón que se deleitan con los objetivos alcanzados, para los idealistas que piensan que todas las debilidades demostradas por la protagonista no van a hacer mella en su juego. Y aunque he visto alabanzas a lo bien que acaba, los inconformistas (como yo) disentimos de ello. Esos finales exentos de riesgos, son para gentes más "empáticas" y "resilientes" y yo no figuro entre ellos.
Tengo dudas de si ponerme con la serie porque ha gustado demasiado y eso me hace desconfiar de las maniobras de los guionistas que pueden haber hecho predominar sobre el ajedrez, juego necesitado de frialdad y control emocional, el sentimentalismo.
Benigno F.
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