Todo Agosto y ni una palabra escrita. Y es que la canícula te hace perezoso, este año no me he encerrado en ropa interior como otros y he dado unas cuantas vueltas arriba y abajo de la península, pero siempre con un libro en la mano. Bueno, a veces era un libro y otras veces uno de esos artilugios electrónicos de lectura que, os aseguro que no me gustan nada, pero son muy prácticos. Te llevas veinte libros y escoges el que crees más necesario. Eso tiene el inconveniente de que no lees siempre lo que hubieras deseado.
Este año me han caido cuatro, alguno de ellos destacado. Os paso unas breves notas sobre ellos y si me apetece escribiré más detallado:
"Claus y Lucas" de Agota Kristof es sin duda el mejor desde el punto de vista literario que no anímico. En pocas palabras, es un auténtico cañonazo. Un relato de supervivencia, de adaptación desde el punto de vista infantil, de desarraigo en la juventud y de decepción en la adulta. La autora utiliza las palabras como una navaja, va dando tajos al aire y el lector sólo hace que apartarse. A veces alguno te va alcanzando. ¿Se puede decir tanto escribiendo tan poco? La respuesta es afirmativa. Economía de palabras pero todas certeras. ¿Para qué utilizar muchas balas si con unas pocas ya se da en el blanco? Absolutamente recomendable.
"Los hijos de Anansi" de Neil Gaiman es una de esas novelas que empiezas casi por casualidad, porque no ha otra a mano y estás lejos de casa y porque "American Gods" me dejó muy buen sabor de boca. Esta novela confirma mis sospechas: Gaiman es bueno. Seguro que no pretende hacer literatura imperecedera pero entretiene le da al magín y se saca cosas de la chistera y, sobre todo, divierte. Por lo menos es original y eso es mucho. ¡Solo es un cómic pero me gusta! Es suficiente. Me he reído me he sorprendido a veces y he disfrutado como un chiquillo de esta historia de Winnie the pooh para adultos.
"Némesis" de Jo Nesbø es de lo mejor de novela negra que he leído últimamente. La trama es directa, directísima, te atrapa, te coge por las gónadas y no te suelta. Una de las mejores cosas de este autor es que no se dedica a despistar al lector lanzando piedras para que suenen a lo lejos y busques pistas donde no las hay. No te lo da mascado, pero te deja la opción de pensar, opinar, intuir y disfrutar. Los personajes son de una solidez marmórea, la historia no tiene ninguna fisura y el final es tan simple como lógico. Volveré con este autor pronto. Nesbø es un grande sin lugar a dudas.
No me ha quedado el mismo buen sabor de boca con "Resurrección" de Ian Rankin. ¡Cuidado! Me la he leido casi de una sentada, esperando con ansiedad el rato en que podía ponerme con ella, pero tiene el defecto de que tiene excesivas tramas colaterales y demasiadas coincidencias para que luego todo al final engarce y eso, en mi opinión, le hace perder algo de credibilidad. Eso sí, me declaro fan de John Rebus y de Siobhan Clarke. Es la tercera novela que leo de este autor y no me ha pasado como con Nesbø. Tardaré en volver. Aunque igual lo que me pasa es que beben demasiado y al despertarme he tenido resaca. Esperaré que se me pase.
Benigno F.
Este año me han caido cuatro, alguno de ellos destacado. Os paso unas breves notas sobre ellos y si me apetece escribiré más detallado:
"Claus y Lucas" de Agota Kristof es sin duda el mejor desde el punto de vista literario que no anímico. En pocas palabras, es un auténtico cañonazo. Un relato de supervivencia, de adaptación desde el punto de vista infantil, de desarraigo en la juventud y de decepción en la adulta. La autora utiliza las palabras como una navaja, va dando tajos al aire y el lector sólo hace que apartarse. A veces alguno te va alcanzando. ¿Se puede decir tanto escribiendo tan poco? La respuesta es afirmativa. Economía de palabras pero todas certeras. ¿Para qué utilizar muchas balas si con unas pocas ya se da en el blanco? Absolutamente recomendable.
"Los hijos de Anansi" de Neil Gaiman es una de esas novelas que empiezas casi por casualidad, porque no ha otra a mano y estás lejos de casa y porque "American Gods" me dejó muy buen sabor de boca. Esta novela confirma mis sospechas: Gaiman es bueno. Seguro que no pretende hacer literatura imperecedera pero entretiene le da al magín y se saca cosas de la chistera y, sobre todo, divierte. Por lo menos es original y eso es mucho. ¡Solo es un cómic pero me gusta! Es suficiente. Me he reído me he sorprendido a veces y he disfrutado como un chiquillo de esta historia de Winnie the pooh para adultos.
"Némesis" de Jo Nesbø es de lo mejor de novela negra que he leído últimamente. La trama es directa, directísima, te atrapa, te coge por las gónadas y no te suelta. Una de las mejores cosas de este autor es que no se dedica a despistar al lector lanzando piedras para que suenen a lo lejos y busques pistas donde no las hay. No te lo da mascado, pero te deja la opción de pensar, opinar, intuir y disfrutar. Los personajes son de una solidez marmórea, la historia no tiene ninguna fisura y el final es tan simple como lógico. Volveré con este autor pronto. Nesbø es un grande sin lugar a dudas.
No me ha quedado el mismo buen sabor de boca con "Resurrección" de Ian Rankin. ¡Cuidado! Me la he leido casi de una sentada, esperando con ansiedad el rato en que podía ponerme con ella, pero tiene el defecto de que tiene excesivas tramas colaterales y demasiadas coincidencias para que luego todo al final engarce y eso, en mi opinión, le hace perder algo de credibilidad. Eso sí, me declaro fan de John Rebus y de Siobhan Clarke. Es la tercera novela que leo de este autor y no me ha pasado como con Nesbø. Tardaré en volver. Aunque igual lo que me pasa es que beben demasiado y al despertarme he tenido resaca. Esperaré que se me pase.
Benigno F.
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